Independientemente de los resultados de la consulta del día de ayer, ¿qué sigue en la agenda política del Presidente? Son tantos los acontecimientos, que la revocación de mandato correrá la misma suerte que la inauguración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, un pico mediático y después se perderá en un mar de notas. Resultados que seguirán como un éxito en las conferencias mañaneras y como un fracaso en la retórica de la oposición.
En el mediano plazo se valorarán las dimensiones reales de este ejercicio de democracia participativa. La generación de gobernadoras y gobernadores que recién inician, al pasar algunos años, tendrán que superar la aduana de la revocación de mandato. Basta reflexionar respecto a la siguiente: ¿Cuántos de los actuales gobernantes podrían ganar una revocación de mandato y seguir en el cargo hasta culminar su periodo? A más de la mitad de los mandatarios les costaría trabajo mantenerse en el poder. La consulta se hizo. Ya forma parte de la tragicomedia mexicana de la primera mitad del siglo XXI.
Inmediatamente después de la Consulta sigue la discusión y en su caso, aprobación de la reforma eléctrica enviada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador. El proyecto de las comisiones mantiene íntegra la propuesta del presidente. Se le agregan cuatro cosas: abrir la generación distribuida a los ayuntamientos y sector social hasta por un megawats; se agrega un párrafo al artículo 4º Constitucional para establecer a la electricidad es una precondición para el ejercicio de los derechos humanos; la sustitución del los Certificados de Energía Limpia por otros instrumentos y la bala de plata, la disminución de las tarifas en alumbrado, bombeo agrícola y al servicio doméstico de alto consumo.
Después de la resolución de la Suprema Corte que determinó la constitucional de la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, el Presidente decidió llevar a votación su iniciativa. Tope donde tope. Si logra los dos tercios será uno de los triunfos más significativos de la segunda mitad de su gobierno y con mayor confianza enviaría las dos reformas constitucionales más que anunció desde junio del año pasado. Si la oposición rechaza la iniciativa radicalizará su discurso en contra de la oposición.
Sea en un sentido o en otro, el Presidente intentará que la polémica llegue hasta las elecciones del 5 junio. Hasta ahora, el partido del Presidente aventaja en Oaxaca, Quintana Roo, Hidalgo y Tamaulipas. Ya empató en Durango y en Aguascalientes, el triunfo se inclina hacia el bando de la oposición. Pronto sabremos si la estrategia de polarización funcionó o es necesario un enfoque diferente para los dos años y medio que le faltan al sexenio. Eso pienso yo, ¿usted que opina?
La política es de bronce.