La semana pasada les comentaba del aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Santo Domingo, a pesar de que las salas de espera se encontraban saturadas por personal de rescate de países como Gran Bretaña, Rusia, Australia, entre otros; las autoridades del aeropuerto nos brindaron sus oficinas para poder estar en contacto con México, además de darnos facilidades para armar nuestro plan de vuelo hacia Puerto Príncipe, sin duda, tengo que reconocer la ardua negociación internacional por parte de la Cancillería y la Coordinación Nacional de Protección Civil para que pudiéramos llegar a Haití.
Ya en Puerto Príncipe, el primero en recibirnos fue Carlos Loret Mola, quien con su vasta experiencia como corresponsal de guerra nos mencionó que jamás había visto semejantes proporciones de desastre en ningún otro país.
Todos los cuerpos de auxilio y rescate internacional estábamos concentrados en el aeropuerto internacional con la instrucción de que a las seis de la tarde se debería estar dentro de las instalaciones; además, las misiones tenían que ser escoltadas por los cascos azules de la ONU. Recién nos instalamos, partimos para auxiliar en el rescate de personas atrapadas en una escuela con la Policía Federal, Topos, CADENA, Zaca y la Marina, escoltados por fuerzas de paz de la ONU, fuertemente armadas.
Mi primer encuentro con la devastación fue al hacer la evaluación de la zona donde estaba la escuela colapsada y percatarme que había personas caminando en la ladera de un cerro, al preguntar a nuestro guía por qué estaban ahí, mencionó que era donde estaban varias colonias, literalmente quedaron sepultadas por un deslizamiento de ladera, no había nada que rescatar; se me vino de inmediato a la mente la zona de Cuautepec en la Alcaldía de Gustavo A Madero, así como otras tantas en el Estado de México y en Provincia, me costó trabajo asimilar que en esa extensión había casas, negocios y vidas.
Al día siguiente y a petición del Gobierno de Haití, la misión de México se encargaría de la Evaluación de Daños y Análisis de Necesidades (EDAN) del Sector 8 de Puerto Príncipe, el equivalente al Centro Histórico de la CDMX, por ser el más sensible, así como el de mayor afectación. Esta decisión estuvo motivada por la vocación neutral y altruista de nuestro País, misma que no fue bien tomada por algunas autoridades internacionales. La ONU comunicó que no tenía personal para que nos escoltaran en nuestro recorrido, que el mismo seria bajo nuestro riesgo, nos dejarían en un punto y pasarían a recogernos por la tarde.
En el punto de inicio, el escenario era desolador… la próxima semana haré la tercera y última entrega.
EN POSITIVO, la percepción de México como un país solidario, altruista y neutral; sigue siendo reconocida orgullosamente a nivel internacional.