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Podría parecer contradictorio pero no lo es. Quien ahora se ha dado a la tarea de autovictimizarse con su silencio luego de las elecciones que tuvieron lugar el fin de semana especialmente en Durango, es Andrés Manuel López Beltrán, quien se impuso la tarea de operar dichos comicios a favor del partido Morena. Sin embargo, todo indica que el capital heredado de su padre el expresidente López Obrador, sobre todo a partir de su gestión en Palacio Nacional, no le alcanzó y tanto él como el partido guinda sufrieron tremendo revés y eso que Andy se instaló en tierras duranguenses la víspera de la jornada electoral.
Razones hay muchas por las cuales ocurrió esto. López Beltrán supuso que como tuvo manga ancha para hacer nombramientos en el gabinete de su padre e incluso tiene colocadas algunas importantes piezas en el actual, eso era suficiente para operar donde sea y en cualquier circunstancia.
No hay que perder de vista tampoco que el hijo mayor del expresidente, en política, no ha ocupado cargo alguno y por ende carece de trayectoria entonces, tendría que evaluar qué tan ominosa puede volverse la sombra de López Obrador, porque en este, como en otros casos, la derrota es huérfana.
Por eso desde Durango, el líder nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas señaló que en dicha entidad, “se acabó el mito… quedó claro que no solo se le puede ganar a Morena, ya le ganamos y no solo eso: los aplastamos”.
Y en este sentido no hay que olvidar que quien también dedicó varias horas de sus días a los comicios duranguenses fue la líder del partido Morena, Luisa María Alcalde que bien a bien, por cierto, no ha podido consolidar el “uno dos” con López Beltrán, por más comerciales que hagan.
De hecho, Moreno Cárdenas recordó también que junto con la dirigencia morenista, alrededor de cien diputados federales y senadores morenistas igualmente se fueron a vivir a Durango y sus “buenos oficios”, tampoco prosperaron.
También quedó demostrado en dicha entidad que la alianza opositora funciona pues ahí PAN y PRI se aliaron, así que por más esfuerzos que ha hecho el oficialismo por neutralizar a la oposición, no lo ha conseguido y eso que el partido guinda y sus rémoras tienen a su favor todo el poder del Estado, de tal suerte que como producto de dicha alianza se adjudicaron más de la mitad de los municipios y gobernará en más del 70 por ciento del territorio duranguense.
El hecho de que Morena y sus rémoras no hayan arrasado, muestran una lectura interesante para la oposición ya que brinda algo más que una esperanza. En el 2026 habrá elecciones en Coahuila donde precisamente la oposición, tiene grandes posibilidades después del triunfo en Durango y para las elecciones del 2027, sin duda, el terreno se está preparando.