Rosalía Zeferino
Se ha hecho mucho énfasis de que las escuelas se tienen que abrir por el bienestar de todos los estudiantes, por su aprovechamiento académico, por su bienestar social y por su salud emocional y mental, ellos han sido el eje principal del regreso a clases.
Sin embargo, con este regreso a clases, quienes también se verán beneficiadas son las mujeres, ya que miles de ellas perdieron o abandonaron su trabajo por ser quienes estaban a cargo del cuidado de sus hijos y de acompañarlos en todo el proceso educativo, porque muchas de ellas, tomaban las clases con ellos, para entender, después enseñar y hacer tarea con ellos, lo que no permitía su regreso al mercado laboral.
Este hecho, según el Informe Especial Covid-19: La autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con igualdad, que realizó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), ha tenido tal impacto en la ocupación y en las condiciones laborales de las mujeres, que se ha generado un retroceso de más de una década en los avances logrados en materia de participación laboral de las mujeres.
En México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el mes de mayo en la Encuesta sobre el Impacto Económico generado por el Covid-19 (ECOVID-ML), informó que faltaba 2,1 millones de empleos por recuperar, cifra en la que las mujeres representaban el 71%, lo que significaba que 7 de cada 10 mujeres estaban desempleadas.
Por otro lado, las mujeres que se encuentran en el mercado laboral, también han manifestado el impacto negativo que ha tenido la pandemia y el cierre de escuelas en ellas, al respecto, de acuerdo con una encuesta realizada por Deloitte Internacional, en noviembre del año pasado, el 82% mencionaba que sus vidas habían sido afectadas negativamente ya que, tenían más carga laboral en sus casas y que por estar en casa su trabajo “remunerado”, también había aumentado, situación que las hacía tener un sentimiento de no rendir con eficiencia.
En este sentido, el INEGI, ha informado que en comparación con sus pares hombres, las mujeres que trabajan han enfrentado con más fuerza la pobreza de tiempo, considerando a esta, como la sobrecarga laboral femenina por actividades dentro y fuera del hogar y que impide que las mujeres se desarrollen individual, emocional, educativa y laboralmente, lo que ha tenido un impacto significativo en su salud mental que se manifiestan en estrés, depresión, interrupción de proyectos de vida.
Esto hace que el regreso a las aulas sea necesario, también por el bienestar de las mujeres y por el bienestar económico del país ya que de acuerdo con el Observatorio Internacional de Salarios Dignos (OISAD) en colaboración con la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), las mujeres mexicanas realizan labores por un valor de 60,000 millones de pesos (mdp).
Por eso, aunque para muchos es dificil, abrir las escuelas es necesario, en la “nueva normalidad”, nadie debe quedarse atrás, mucho menos las mujeres. Aprendamos a vivir con el COVID-19, a vivir sin miedo, claro, con todas las medidas sanitarias, guiados por la ética del cuidado que parte del hecho de cuidándome, te cuido a ti y cuido a todos. Abrir las escuelas, hoy no solo un acto para niños, adolescentes y jóvenes, también es por las mujeres.
Mtra. Rosalía Zeferino Salgado
Asesora en Comunicación Estratégica e Imagen Pública
rosaliazs.ceip@yahoo.com.mx