Por Claudia Bolaños
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Mientras autoridades tratan de ponerse de acuerdo para el cambio de color en el semáforo epidemiológico, negocios van aperturando sin la aprobación en el Estado de México.
Locatarios han comenzado a trabajar con sus cortinas metálicas a la mitad, o con una puerta abierta, y vigilando que no lleguen inspectores, para ganar dinero tras semanas sin laborar.
Maletas, bolsas, mochilas, ropa, zapaterías, joyería, cosméticos, estéticas, lavanderías automáticas, tintorerías, y hasta estudios fotográficos dan servicio en algunas zonas de Neza, ante la movilidad creciente de personas en las zonas vecinales comerciales.
Pese a que el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, ha indicado que la entidad permanecerá en suspensión de actividades que no sean esenciales, los comerciantes en vía pública también han ido haciendo operativo hormiga para apersonarse con su mercancía, ya sea con puestos improvisados en el suelo, en alguna jardinera, con cajas o huacales sobre diablos, en las partes traseras de sus camionetas estacionadas donde antes estaban sus tianguis.
A estos últimos, la estrategia les ha servido porque no ha faltado quien se vaya asomar si ya se volvieron a instalar los tianguistas.
“Ya que salgan, ya les dije a mis vecinos que no se queden atrás”, indica una vendedora de ropa de mujer que con sólo la puerta metálica de su negocio ha colocado un letrero de que se aceptan tarjetas de crédito.