Columnas
Chozas de Carrascal es un viñedo español con Denominación de Origen, ubicado en un lugar muy frio por su cercanía a la sierra Juan Navarro de donde provienen los vientos dominantes del norte. Al ser una finca en planicie ligeramente inclinada, no hay grandes barreras que impiden la entrada directa de influencia de vientos fríos. Es una bodega familiar fundada en 1990 por el matrimonio Julián López y Maria José Peidro. Los viñedos se encuentran en San Antonio de Requena en una única finca donde conviven diversidad de suelos, altitudes, variedades y orientaciones; son vinos mediterráneos de altitud, ecológicos en entorno natural. La biodiversidad es muy importante para su finca que inevitablemente está marcada por el carácter mediterráneo del clima. Desde las carrascas que crecen en la finca y sus alrededores, pasando por las hierbas aromáticas como el tomillo o la lavanda y las plantas con ciclo flores, la bodega transmite el entorno a través de la enología.
Desde que empezó, la bodega se ha concentrado en trabajar minuciosamente en la viña en forma ecológica y la mínima intromisión en la elaboración en bodega. Sus colaboradores y empleados trabajan con levaduras indígenas, depósitos de hormigón, fudres y barricas de roble francés de diferentes tonelerías. En 2019 se formalizó la entrada a la bodega de la segunda generación familiar en manos de Julián López Peidro.
La esencia de esta bodega se encuentra en los 4 miembros de la familia que cuida cada detalle en la viña y bodega. En 1990 conocieron y se enamoraron de esa tierra y entendieron las posibilidades que ofrecía para la elaboración de vinos únicos. En Chozas Carrascal siguen metódicos procesos de cultivo a los que agregan cariño, amor y mucha dedicación para conseguir unas cosechas óptimas. Sus vinos son el resultado de la combinación de factores tecnológicos, humanos y meteorológicos.
Hace unos días tuve el placer de conocer a Julián López Peidro, el dueño de Chozas Carrascal que vino a México para promocionar sus vinos. Julián es un hombre joven y muy apasionado por sus vinos. Me habló de su familia, de su viñedo, de Requena, y del gran trabajo que el y su familia conceden diariamente para mejorar día con día la producción de sus vinos.
La cata la dirigió Julián, mismo que sirvió personalmente los vinos con mucha alegría, y cada vez que sus manos tocaban una de sus botellas y vertía unas gotas de vino en la copa de los invitados, su rostro se iluminaba de placer, orgullo y felicidad.
Los vinos que se cataron fueron:
Antes de concluir este fabuloso “recorrido” por los viñedos de Chozas Carrascal, quisiera agradecer a la importadora Marmex, una empresa líder en comercialización y distribución de vinos y licores en el mercado mexicano e internacional. Esta gran empresa, distinguida por sus productos de alta calidad, es la representante de Chozas Carrascal en México y ha hecho un trabajo increíble para dar a conocer este fantástico viñedo español.
Gracias también a Julián López Peidro que llevó de la mano en este “viaje sensorial” a cada uno de los invitados y nos explicó cada vino y cada maridaje.
En conclusión, creo que Chozas Carrascal y Marmex han hecho un “maridaje” perfecto al juntarse uno con el otro para llevar a la cima el nombre de la bodega española en nuestro país.
Para más información:
En cuanto a mí, me puedes escribir a anaisdemelo@columnist.com con cualquier duda o pregunta sobre vinos.
¿Y tú, ya fuiste por tu copa?