Karen Cota
Este jueves había una sensación de victoria en la atmósfera de la política mexicana para aquellos que han apuntado al expresidente Felipe Calderón Hinojosa, como uno de los peores mandatarios que ha tenido este país. Un guiño de la vida cuando se entierra para siempre a los calderonistas, aquellos que desaparecieron a miles de personas, o al menos, no supieron explicar qué sucedió durante esa administración. Caos de violencia, desapariciones forzadas, forenses atascados de cuerpos sin identificar y miles de personas buscando a sus familiares entre fosas clandestinas.
El rechazo al registro del partido que no fue, México Libre, es un respiro entre harto panorama sombrío. En un país que lidia con una crisis económica, de seguridad y de salud, parece que al menos, los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación nos han librado de los Calderón-Zavala y sus secuaces.
Con esto también, vemos una oposición en la lona. Misma de la que no han podido levantarse desde el contundente éxito del López Obrador en el primero de diciembre del 2018. Un PAN devastado, un PRI dividido y otros más escondidos, la carretera es plenamente libre para los morenistas que, por cierto, han dejado mucho que desear en su mandato.
No hay a quien irle, seguro me dirá, pero al menos, nos hemos ahorrado el tener que aguantar años de propagandas siniestras basadas en la mentira y la manipulación. Se les fue la oportunidad de volver por su fuero, de saquear al país, de lastimar a más familias mexicanas. En estos momentos Felipe Calderón debería, por lo menos, estar siendo procesado por la justicia.
Y entonces todavía aparece en Twitter, ejecutando sus famosas y conocidas patadas de ahogado para argumentar que otros registros sí fueron concedidos a Encuentro Social y Fuerza Social y a ellos, “única voz opositora” se les fue negado. Que porque el autoritarismo avanza.
Pero de los fondos sin especificar o aclarar no habló. Millones de pesos que fueron donados a México Libre por personas que no acreditaron capacidad económica para hacerlo o incluso personas no identificadas. Eso es un problema grande que vimos antes con sus Vicente Fox con los conocidísimos “Amigos de Fox” y el “Pemexgate”.
La cosa es que todos esperamos que Felipe y Margarita -y su séquito- se abstengan por el bien de la humanidad. Que se abstengan de jugar a la injusticia porque no les queda. Resulta que aún hay muchas cuentas pendientes de su administración.
Que la justicia sea y que la impunidad sea un mal recuerdo para nuestro país. Que se les juzgue al menos por los cientos de miles de desaparecidos que fueron durante su mandato y que las familias puedan encontrar la paz.