La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, reveló un ambicioso plan de desarrollo económico que busca posicionar al país entre las economías más fuertes del mundo. En un evento celebrado en la Ciudad de México, al que asistieron altos funcionarios y líderes empresariales, Sheinbaum delineó una estrategia que promete transformar la economía mexicana en medio de un contexto global incierto marcado por el cambio de gobierno en Estados Unidos con la llegada de Donald Trump.
El plan incluye objetivos destacados como convertir a México en la décima economía más grande del mundo, lograr que el país produzca el 50% de los productos que consume internamente, crear 100 parques industriales que generen miles de empleos y posicionar a México entre los cinco destinos turísticos más visitados a nivel global.
“Que cada mexicano y mexicana sepa que hay un plan, que frente a cualquier incertidumbre, México tiene una dirección clara y está unido hacia adelante”, señaló Sheinbaum durante su presentación, sin hacer referencia directa a Trump.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, describió la estrategia como un "instrumento único" para guiar a México hacia una nueva era. “Es la política industrial más audaz de las últimas décadas”, añadió, destacando su claridad y visión estratégica.
Sin embargo, aunque analistas económicos como Mario Campa, del Instituto Tecnológico Autónomo de México, y Carlos Pérez Ricart, del Centro de Investigación y Docencia Económicas, elogiaron el plan por sus objetivos concretos y su enfoque a mediano y largo plazo, también señalaron áreas de mejora. Ambos coincidieron en que la estrategia debe incluir mayor representación del sector obrero y sindical, así como detalles sobre su implementación.
A pesar de estas críticas, el plan ha generado expectativas positivas entre expertos y ciudadanos, posicionándose como una hoja de ruta clara para enfrentar los retos económicos y políticos que atraviesa el país.