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Claudia Sheinbaum y la L-12.

Claudia Sheinbaum y la L-12.

Columnas jueves 12 de mayo de 2022 -

En días recientes la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, anunció que demandará a la firma noruega DNV por considerar que el tercer informe sobre las causas del desplome de un tramo de la línea 12 del metro es “tendencioso y falso”. En particular de este caso es necesario analizar el manejo que se ha hecho del caso y lo que el gobierno no ha podido explicar.
En primer lugar, la jefa de gobierno pretende imponer una visión de la justicia. En las declaraciones de Sheinbaum a un año de los lamentables hechos, ha señalado que se ha hecho justicia, porque se ha reparado el daño, al menos 90% de las personas han aceptado los acuerdos reparatorios. El acuerdo incluye 370 millones de pesos, 251 becas educativas mensuales y la asignación de 71 departamentos nuevos. Pareciera que esto es suficiente para los familiares de 26 personas fallecidas y más de un centenar heridas.
Inclusive la jefa de gobierno ha manifestado que las empresas involucradas en la construcción de la línea en todo momento se han mostrado dispuestas para apoyar a las personas afectadas, sin embargo, lo que la jefa de gobierno no ha sido capaz de explicar es quienes fueron los responsables de esta tragedia. Pretende imponer una visión de la justicia al hacer creer que con dinero todo queda resuelto, sin comprender que con su actuación lo único que prevalece es la impunidad tan característica de la justicia en México.
En segundo lugar, la candidatura presidencial es más importante que la transparencia. Pareciera que la mandataria está más preocupada por cuidar su imagen y su carera hacia la presidencia que en verdaderamente buscar que se haga justicia en el caso. Cuando menciona que el informe “es parte de este uso que hacen los adversarios que no tienen ninguna moral, ninguna ética", lo que en síntesis expresa es que no le interesa encontrar a los responsables, lo que le importa es que su imagen, la de su administración y la de su partido no se vea dañada.
Las clases de ética que pretende dar Sheinbaum se encuentran muy lejos de lo que un gobierno democrático debe de hacer, lo que en primer lugar se requiere es hablarle de frente a los capitalinos, mostrando el informe, un informe que además fue pagado con recursos públicos, no con recursos de la jefa de gobierno. No existe ningún argumento legal para que la jefa de gobierno oculte el contenido del informe, por lo que es su obligación mostrarlo de manera pública y se tomen las acciones legales que se consideren convenientes.
En tercer lugar, la responsabilidad de la construcción de la línea es de la izquierda. No es la primera vez que la línea dorada sufre daños, se recodará que durante el 2014 estuvo cerrada parcialmente en 11 de las 20 estaciones, por un año con ocho meses, a consecuencia de una falla estructural.
Esta línea cuyo principal promotor para su construcción fue el actual canciller Marcelo Ebrard, es una de las obras más emblemáticas de la izquierda en la capital del país. Posiblemente la cercanía de la elección presidencial del 2012, las esperanzas de que, con una mega obra, la izquierda se posicionara en las preferencias del electorado, provocó que la obra se construyera con premura, sin tomar en cuenta si se contaba con las condiciones técnicas necesarias para realizarla.
Hoy la afectación por el cierre de la línea es de medio millón de personas, que día con día utilizan este medio de transporte para trasladarse, en una zona de difícil acceso, en donde los problemas de tránsito y de inseguridad son constantes, la ciudadanía tendrá que pagar por la ineficiencia y la complicidad con la que las autoridades han manejado el tema, pasando interminables horas en sus carros o en camiones atiborrados para llegar a sus hogares.
La jefa de gobierno podrá alegar que la firma noruega cambió al grupo de expertos, que cambió la metodología, eso es suficiente para ganar tiempo y cuando se vea obligada a publicar el informe, lo desautorice, con tal salvar su carrera hacia la presidencia y evadir su responsabilidad, lo único que no podrá cambiar es el legado de opacidad y de polarización que dejará con el derrumbe de la línea 12 del metro.


Iván Arrazola es colaborador de Integridad Ciudadana, Doctor en estudios Científico-Sociales con mención en Ciencia Política por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO. México). Especialista en participación ciudadana, cultura de paz, democracia subnacional y gobierno abierto. @ivarrcor


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