Columnas
La población juega un papel fundamental en la prevención y reducción de las inundaciones. Esto se logra a través de una adecuada gestión de residuos, la conservación de los ecosistemas, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, y el mantenimiento de las infraestructuras. Además, es esencial la educación y la concientización para reducir los riesgos asociados a las inundaciones.
Las inundaciones tienen un impacto significativo en el medio ambiente y en las comunidades, causando problemas graves a quienes viven en zonas propensas a inundarse. Estos problemas incluyen la pérdida de propiedades, la propagación de enfermedades transmitidas por el agua y la destrucción de cultivos.
En México, se estima que las inundaciones causan pérdidas anuales de 230 millones de dólares (mdd) y ponen en riesgo a alrededor de 22 millones de personas, quienes se ven expuestas a desastres provocados por fuertes lluvias. A nivel global, las inundaciones son el desastre natural que afecta a más personas cada año y que genera las mayores pérdidas económicas. Entre 1995 y 2015, 2.3 mil millones de personas fueron afectadas por este fenómeno, con un impacto económico que asciende a un trillón de dólares.
Sin embargo, más allá de los efectos a gran escala, es importante reconocer que, a nivel individual, también estamos expuestos a los riesgos de salud inmediatos que las inundaciones traen consigo. Estas pueden provocar diversas lesiones no intencionadas, como:
Ahogamientos
Electrocuciones
Cortes, laceraciones y heridas punzantes
Caídas
Traumatismos craneales por la caída de escombros
Lesiones relacionadas con accidentes vehiculares
Adicionalmente, las inundaciones aumentan el riesgo de enfermedades infecciosas. Se ha comprobado que estas situaciones elevan la posibilidad de contraer enfermedades transmitidas por vectores, roedores y el agua, así como infecciones relacionadas con la exposición a hongos. El riesgo de contraer enfermedades infecciosas después de un huracán suele ser mayor a los dos meses del evento, aunque algunas infecciones pueden aparecer en los días posteriores a la tormenta.
El desplazamiento de personas provocado por las inundaciones puede llevar a la superpoblación en refugios y viviendas, a menudo en condiciones de saneamiento insuficiente. Estas circunstancias facilitan la propagación de diversas infecciones, especialmente aquellas transmitidas por vías respiratorias o fecal-oral.
Finalmente, no podemos olvidar el impacto que las inundaciones tienen en la salud mental. Tras estos eventos, es común observar un aumento en los casos de depresión, ansiedad y estrés postraumático. Las personas desplazadas, particularmente aquellas que no estaban conscientes del peligro inminente, así como quienes han sido separados de sus seres queridos, pueden estar en mayor riesgo.
La orientación preventiva ante inundaciones puede ayudar, pero lo mejor es poner nuestro granito de arena.
¿Y tú, qué haces para evitar las inundaciones? Me interesa tu opinión, escríbeme en redes sociales, estoy como @federicoreyestv