El pronóstico meteorológico es más que una herramienta para decidir qué ropa usar o si llevar un paraguas. Su relevancia se extiende a sectores cruciales como el transporte, la agricultura, el turismo, la prevención de desastres y la salud pública, además de influir en operaciones militares. La creciente preocupación por el cambio climático ha elevado la necesidad de monitorear las condiciones climáticas, permitiendo a las autoridades implementar políticas públicas que mitiguen riesgos como inundaciones y sequías.
Este miércoles, el pronóstico del clima para la Ciudad de México indica una temperatura máxima de 24 grados Celsius, con una probabilidad de lluvia del 62% y una nubosidad del 86%. Las ráfagas de viento alcanzarán los 22 kilómetros por hora. Para la noche, se espera que la temperatura descienda a 15 grados, con una probabilidad de precipitación del 73% y nubosidad del 96%.
A pesar de su extensa geografía, la capital mexicana no presenta un clima homogéneo. En sus diferentes regiones, se pueden observar climas que varían desde templados hasta fríos y húmedos, especialmente en áreas montañosas como el Ajusco. Generalmente, la temperatura oscila entre los 22 y 27 grados, con los meses de junio, agosto y septiembre siendo los más lluviosos.
Históricamente, la CDMX ha registrado fenómenos climáticos extremos, como la nevada de 1967 y una temperatura récord de 33.9 grados en mayo de 1998. Por el contrario, el termómetro ha caído hasta -10 grados en 1972. El cambio climático ha acentuado estas condiciones, provocando que la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema), en colaboración con la Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable (GIZ México) y la Iniciativa Climática de México (ICM), desarrolle acciones enfocadas en la movilidad sostenible, la gestión del agua y la calidad del aire.
A nivel nacional, México es uno de los países con mayor biodiversidad, albergando aproximadamente el 12% de las especies del mundo, muchas de ellas endémicas. Su diversidad climática, que va desde zonas tropicales hasta templadas, es el resultado de su ubicación geográfica y sus variados relieves.
El país presenta una temperatura promedio de 19 grados, aunque regiones como Mexicali y Ciudad Juárez experimentan calor extremo, alcanzando hasta 58.5 grados en San Luis Río Colorado en 1966. A medida que el cambio climático avanza, se anticipa una reducción en las lluvias y un aumento de temperaturas, lo que afectará a agricultores y ganaderos, generando un mayor número de contingencias ambientales en las principales ciudades.
La adaptación y respuesta ante estos cambios climáticos son esenciales para garantizar la seguridad y bienestar de la población. El monitoreo constante del clima se convierte, por tanto, en una herramienta fundamental para enfrentar los desafíos del futuro.