La democracia, el gobierno de los muchos pobres, es contrario a la forma de gobierno oligárquica, la de los pocos ricos, los más ricos, y la forma en que la Oligarquía mexicana está tratando de volver al poder político es usando una herramienta democrática negativa que, normalmente es usada y funciona para engañar a las masas, la demagogia. Dice el dicho y dice bien, prometer no empobrece, cumplir es lo que aniquila.
Ante los buenos resultados de estos primeros 5 años del Gobierno de México, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, la Oligarquía que detentaba el poder económico y político en el país, se ha dado cuenta que los números no les dan. La polarización es clara, como diría Mario Delgado, presidente de Morena, “¿transformación o corrupción?”
Con esta realidad política, a la Oligarquía no le alcanzan los votos, aunque salieran todos y cada uno de los que no pueden ver al presidente López Obrador ni en pintura. Sobre todo, porque en las recientes elecciones, Morena ha demostrado una mayor capacidad de movilización electoral. Ante esta situación, los pocos ricos a través de los partidos políticos afines a su causa, han decidido ir por una franja de la población que normalmente no
votaría por ellos.
De este modo, se clarifica la decisión de haber dejado vestido y alborotado al diputado federal Santiago Creel, el abogado güerito, exitoso, con clase, bien vestido, conservador y con buen porte, tal y como les gusta; y en su lugar hayan operado para conducir el proceso interno del Frente Amplio para elegir a una mujer que intenta engañar a los pobres, lanzando el anzuelo de más apoyos económicos y hacer realidad cosas que cuando fueron gobierno, no solo no las realizaron, sino que las combatieron.
Así, Xóchitl Gálvez se disfraza de pueblo, rayando en la caricatura, para prometer dar una pensión más elevada a los adultos mayores y bajar la edad para acceder a ella, y les ofrece a los zapatistas el cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés, sí, esos acuerdos que su Gobierno Foxista aliado al PRI, los vetó en el Congreso de la Unión y en su lugar aprobaron en 2001 una incompleta y sesgada reforma constitucional en materia indígena.
¿Con qué cara, Xóchitl se dirige al EZLN, cuando avaló dicha farsa? ¿Acaso piensa que los zapatistas y los indígenas en México le van a creer, cuando sus principales aliados son los mismos que votaron esa reforma? Debería explicar cómo es que Enrique de la Madrid, Beatriz Paredes, Felipe Calderón y Francisco García Cabeza de Vaca, votaron en 2001 contra los Acuerdos de San Andrés y a favor de esta reforma simulada.
La demagogia puede ser desenmascarada con hechos, solo basta una revisada a la historia reciente, para destruirla. Ya lo dijo Aristóteles, “con el tiempo resulta necesariamente de un bien falso un mal verdadero; porque la ambición de los ricos ha arruinado más Estados que la ambición de los pobres”. Cuidémonos del “carácter turbulento de los oligarcas, que se hacen demagogos”, decretó Aristóteles.
ENTRE GITANOS.
OMAR Y CLARA
El secretario de Seguridad Ciudadana del Gobierno de la CDMX, Omar García Harfuch dijo que siempre sí está listo para cualquier reto en la Ciudad y con esta definición, la terna de corcholatas capitalinas parece cerrarse a dos, si toca poner hombre, va Omar y si toca mujer, va Clara Brugada. Así, la ruta es clara y segura.
DE IZTAPALAPA PARA LA JUCOPO
Finalmente se logró el acuerdo y fue unánime, para elegir como presidenta de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Congreso de la CDMX, a la diputada de Iztapalapa, Martha Ávila. Quedó muy claro que es posible la construcción de acuerdos entre las distintas fuerzas políticas de la CDMX y que el diputado panista Federico Döring le apostó al diálogo.
TIEMPO DE INFORMAR
Se cumplieron 2 años de la instalación del Congreso de la CDMX en su II Legislatura y estamos a unos días de que se cumplan dos años de la toma de protesta de las y los alcaldes, con esto vendrán campañas de difusión disfrazadas de rendición de cuentas.
*Especialista en Ciencia Política y Gobierno.
avilezraul@hotmail.com