Cumpliendo lo ofrecido, estos son los puntos sobresalientes respecto de Latinoamérica y el Caribe (LAC) del Informe 2019 de Idea Internacional sobre el estado de la democracia en el mundo, presentado en inglés hace unos días. La organización está dirigida en nuestra región por el argentino Daniel Zovatto (@Zovatto55).
Avances: LAC es la tercera zona más democrática del planeta, justo después de Norteamérica y Europa. Salvo 3 de ellas, todas nuestras naciones están clasificadas como democracias. Además, de los 16 países que transitaron a la democracia después de 1977, casi el 75 por ciento se han mantenido en ese régimen sin interrupciones. Las 4 democracias interrumpidas, pero luego restauradas son República Dominicana, Haití, Honduras y Perú.
Comparadas con el resto del mundo, los mejores aspectos de las democracias latinoamericanas y caribeñas son la participación electoral, que es la más alta del planeta junto con la Asia-Pacífico, y la libertad religiosa, en la que calificamos más arriba que Europa.
La nuestra es el área que presenta más avances en la equidad de género en las décadas previas. Junto a Europa, tenemos la más alta representación de mujeres en los parlamentos, congresos y asambleas, promediando 27 por ciento, tres puntos por encima del promedio mundial. Al lado, los avances en el acceso a toda suerte de libertades políticas y civiles y derechos humanos fundamentales, nuestros países han experimentado un proceso acelerado de desarrollo institucional. El Informe señala a Costa Rica y Uruguay como casos de resiliencia y éxito democráticos.
Preocupaciones: Algunos países de LAC han sufrido erosión o regresión democrática o ambas. Varios se pueden caracterizar por una evidente fragilidad democrática y la región entera padece los más altos niveles de inequidad socio económica en el mundo, lo que se ha transformado en un acceso muy desigual al poder público.
Cuba es el único país que no ha cursado por una transición a la democracia y que ha permanecido como un régimen no democrático. Por su parte, Venezuela fue una de las 6 democracias de la región en 1977 pero observó una regresión hacia un régimen “híbrido” en 2008-2016 y resintió un colapso democrático general en 2017, cuyos efectos de contagio generaron la crisis humanitaria y migratoria más severa de la historia latinoamericana. Nicaragua transitó a la democracia en 1990 pero de 2005 en adelante su desempeño democrático se deterioró y los balances y contrapesos al poder se debilitaron, hasta que en 2016 la nación se transformó en un “híbrido”.
Finalmente, el Informe (que hay que leer entero) resalta que todo LAC está enfrentando nuevos retos, como la migración; que nuestros partidos políticos están atravesando una crisis de representatividad y que existe una clara declinación del apoyo a la democracia en toda la zona. Continuaré con el caso mexicano en entregas subsecuentes.