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Ubicado a tan solo una hora de la ciudad de Oaxaca, Santiago Matatlán se erige como la capital mundial del mezcal. Este pequeño pueblo es el epicentro de una tradición milenaria que ha visto al mezcal convertirse en un símbolo de identidad cultural y orgullo oaxaqueño.
La magia de Santiago Matatlán reside en sus paisajes adornados con vastas plantaciones de agave y destilerías artesanales. Aquí, cada visita a una destilería es una inmersión en el proceso ancestral de elaboración del mezcal, donde la pasión y el conocimiento se transmiten de generación en generación. Los visitantes tienen la oportunidad única de recorrer las plantaciones, aprender sobre las distintas variedades de agave y, por supuesto, degustar una amplia gama de mezcales, desde los más suaves y afrutados hasta los más robustos y ahumados.
Además de las destilerías, Santiago Matatlán ofrece una conexión profunda con la tradición zapoteca. Los visitantes pueden explorar talleres de artesanos que elaboran textiles y cerámica utilizando técnicas ancestrales, todo mientras disfrutan de un entorno natural que incluye paisajes de agaves que se extienden hasta donde alcanza la vista.
La gastronomía de Santiago Matatlán es una extensión de la rica cocina oaxaqueña, famosa por sus sabores auténticos y técnicas tradicionales. Además del mezcal, los visitantes pueden disfrutar de:
Tlayudas: Tortillas de maíz gigantes y crujientes, cubiertas con frijoles, quesillo, carne asada y salsa.
Mole Negro: Este platillo es un símbolo de la cocina oaxaqueña, hecho a base de chiles, chocolate y una mezcla secreta de especias.
Chapulines: Saltamontes tostados con ajo y limón, una botana tradicional que, acompañada con mezcal, ofrece una auténtica experiencia oaxaqueña.
Tamal Oaxaqueño: Envoltorios de maíz rellenos de diferentes guisos, como mole o rajas, cocidos al vapor en hojas de plátano.
Santiago Matatlán es, en esencia, un homenaje a la historia, la cultura y la artesanía de Oaxaca. Es un recordatorio de que el mezcal no es solo una bebida, sino una experiencia que conecta al visitante con la tierra, la gente y la esencia misma de esta fascinante región. Visitar Santiago Matatlán es entender el profundo respeto que los oaxaqueños tienen por su tierra, su cultura y sus raíces, todo mientras se disfruta de uno de los mejores mezcales del mundo.