Arturo Escobar
El Partido Verde ha trabajado de manera constante en pro de la niñez mexicana, nuestra labor legislativa enfocada primordialmente en la salud y en la educación.
Con anterioridad hemos realizado propuestas para que en las escuelas se impartiera inglés y computación; también para prohibir el cobro de cuotas escolares que condicionaran el acceso a la educación; así mismo hemos promovido el deporte para evitar adicciones; así como apoyar el etiquetado en alimentos para una mejor nutrición y combatir la obesidad infantil.
Es un orgullo decir que todas estas propuestas son una realidad, que hoy en día se encuentran incluidas en el marco jurídico nacional, sin embargo nuestro compromiso con el bienestar de nuestros niños y niñas no ha terminado, por ello en el primer año de la actual legislatura presentamos una iniciativa muy importante, enfocada en dar solución a la terrible problemática que representa el cáncer infantil en México.
Fue así que el pasado 7 de enero del 2021, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Decreto por el que se expide la “Ley General para la detección oportuna del Cáncer en la infancia y la Adolescencia”, materializándose en la vigencia de una ley que permitirá que se salven muchas vidas, mediante el diagnóstico oportuno y que garantiza el acceso al tratamiento idóneo del cáncer infantil.
Cabe señalar que la iniciativa del Partido Verde desde el momento en que se presentó en tribuna, fue ampliamente apoyada por todos los grupos parlamentarios suscribiéndose a la misma múltiples legisladores, quienes reconocieron la urgencia de atender a los niños en razón de los altos índices de mortalidad que tiene el cáncer infantil en nuestro país.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, es una de las principales causas de mortalidad entre niños y adolescentes en el mundo; cada año se diagnostica a unos 300 mil niños de entre 0 y 18 años. En México es la principal causa de muerte por enfermedad entre los 5 y 14 años de edad, y cobró más de 2 mil vidas anuales en promedio en la última década.
La alta mortalidad se relaciona al diagnóstico tardío del cáncer en la niñez y adolescencia por ello debe ser considerado una enfermedad prioritaria en salud pública, reducir los tiempos entre los trámites administrativos que representa la remisión entre hospitales de primer nivel a los de alta especialidad. Evitando que en este periodo la enfermedad avance y cada día que pasa se reduce la posibilidad de supervivencia.
Aprovechando al máximo la infraestructura en funciones, y otorgando nuevas facultades a las autoridades federales y locales para que de manera coordinada se establezcan los mecanismos eficientes para lograr la correcta identificación y atención del cáncer infantil, para salvar las vidas de nuestros niños.