Desde que se avisó de la llegada de la “nueva normalidad”, el doctor Gatell ha enfatizado sus discursos en un solo eje, lograr que los mexicanos acatemos de buena manera y por voluntad, las medidas para evitar un repunte en los contagios de coronavirus. Sin embargo, parece que el gobierno federal parece confiar demasiado en los mexicanos, esos mismos que han hecho caso omiso al semáforo naranja.
“Seguiremos llamando a la corresponsabilidad. El riesgo de que repunte la epidemia de #COVID19 es para todas y todos”. Escribió en su Twitter el 13 de julio. Y un comentario similar es repetido en cada una de sus conferencias diarias. Claro que esto es un asunto de cooperación, pero no son los ciudadanos quienes llevan en sus manos la responsabilidad de establecer las condiciones para que la pandemia ceda.
Y es que cada vez que lo escucho, siento como si se curara en sanidad. Si algo no sale bien, serán los ciudadanos los que no acataron, los que no implementaron las medidas de sana distancia, los que se hartaron del encierro. Es verdad que basta con salir a las calles para sentir la atmósfera de libertad y confianza, como si el coronavirus nunca hubiera existido, sin embargo, la situación es así simplemente porque se puede.
Países en contingencia con menos muertes que las que se han registrado en México, más de 35 mil, tenían medidas mucho más severas. Países como España e Italia, tuvieron medidas muy estrictas para intentar detener la propagación del virus.
Pero en nuestro país parece que nada sucede. López Obrador y Gatell confían en la buena conducta de los mexicanos, sin embargo, eso no está sucediendo. En el mercado, las oficinas, las tiendas departamentales, las medidas se agotan, se vuelven comunes, se vuelven cansadas y las personas empiezan a normalizar el hartazgo y dejar las caretas en el asiento trasero de los automóviles.
¿Y cuáles son esas medidas? Los toques de queda son anticonstitucionales para los gobiernos locales. Tomar decisiones de ese tipo, ni siquiera está dentro de sus facultades. Sin embargo, las autoridades sanitarias sí tienen una opción.
Bajo el régimen de Declaración de Emergencia por Causas de Fuerza Mayor que decretó el presidente de México y el Consejo de Salubridad General, el Secretario de Salud del Gobierno Federal, sí puede tomar medidas de limitación de movilidad.
¿Cuándo es el mejor momento? ¿Es necesario esperar a qué los casos repunten y las muertes sean las que dicten los ejes de las decisiones de las autoridades?
Parece que hay un sector muy feliz con la nueva normalidad y son todos aquellos a los que les urge que la economía sea reactivada.