Fabiola Sierra
El tema central de esta administración es el combate a la corrupción. Es la bandera del discurso del Presidente; tan imponente, que lo llevó a ganar legítimamente en 2018. Hartos de los escándalos de corrupción, de “Casas Blancas”, de “Estafas Maestras”, millones de mexicanos salieron a las urnas para deshacerse de un gobierno que los robaba.
El villano de la película: el neoliberalismo. Este “ente malvado2 generó el incremento en la desigualdad, la pobreza, el desempleo, la inseguridad, la violencia. Para un héroe, como el que así mismo se concibe López Obrador, acabar con el neoliberalismo y su intrínseca corrupción sería el paso firme con el que caminara su denominada Cuarta Transformación.
A más de dos años del inicio de su gobierno, no hay evidencia empírica sobre ese anhelado combate. Ante nuestros ojos han desfilado casos como el de Pío López Obrador, la incómoda prima Felipa, o el hijo de Barttlet. Durante un tiempo, todos hablamos de ellos, pero ¿y las sentencias?, ¿la recuperación de recursos? De eso, nada.
Es verdad que vemos a Rosario Robles enfrentar un proceso judicial y, tenemos cierta idea de que Emilio Lozoya anda en las mismas. Pero los cercanos al actual gobierno se sumergen en las aguas fangosas de la corrupción y, su blanco manto, no se mancha.
La actual administración me hace pensar en la historia bíblica del Arca de Noé. El protagonista, por supuesto, el presidente de la República está llamado a rescatar sólo a una pareja de cada especie. En su visión, debe subir sólo a los que crean y confíen en el arca de la Cuarta Transformación y dejar que desaparezca a todo el que no crea en ella.
El diluvio se llevará a los órganos autónomos, a los organismos de transparencia, a los entes fiscalizadores, al poder legislativo y al judicial. Al final, los “salvados” repoblarán nuestra Nación con su descendencia.
La última muestra de esta historia la vimos con el Informe del Resultado de la Cuenta Pública 2019 que fue entregado el 20 de febrero. El nivel de irregularidades administrativas y los montos de recursos faltantes en las distintas dependencias, programas sociales y obras emblemáticas de este gobierno, ascienden a más de 12 mil millones de pesos, amén de las faltas, inconsistencias y ocultamiento de información denunciados por el auditor federal.
El caso más sonado fue el relativo al sobrecosto de cancelar el proyecto del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México en Texcoco. Al día siguiente, a través de un comunicado, la Auditoría Superior de la Federación reconoció inconsistencias en los informes presentados y, por tanto, prometió que los datos metodológicos serían ajustados. Imagino que el ajuste será para adecuarse a los datos que el Presidente López Obrador dijo tener.
De esta forma, quieren asegurar su permanencia en el arca de la 4T, dejándonos fuera a los que estamos convencidos de la importancia del equilibrio de poderes, la rendición de cuentas y la transparencia.