Columnas
Hoy escribo como una de las tantas mujeres de mi Barrio Bravo, Tepito, a las que nos fue negado el derecho a soñar con una vida libre de violencia, lejos de los estigmas y el machismo. La violencia hacia las mujeres en mi barrio siempre estuvo presente, en la escuela, la casa, las fiestas vecinales, el trabajo y también en las charlas de los niños que jugaban en las calles.
No es sorprendente, somos hijas del patriarca que nos dijo que la escuela no era para nosotras, del gobernante machista que nos negó el derecho a un empleo formal y del sistema, de sus instituciones y sus poderes constituidos para unos cantos, porque en más de 200 años de México independiente, soy la primera mujer de mi Barrio que tiene un espacio de representación, la primera que llega hasta aquí para alzar la voz por las que fueron silenciadas, por las que todavía no pueden y por las que vendrán.
Estoy aquí para alzar la voz por Blanca, una madre cuya hija fue víctima de un feminicidio, Blanca la madre que se convirtió en la mejor investigadora hasta dar con el feminicida ex pareja de su hija porque quien debía buscarlo no lo hacía con la celeridad que debió haberlo hecho, Blanca la madre que al día de hoy espera justicia para su hija, porque también hay que decirlo la justicia para su hija y para ella no ha sido ni pronta ni expedita, porque para ellas la justicia todavía no es no es justa y tampoco ve con perspectiva de género.
El machismo y su violencia quebrantan las leyes, las mujeres las redactamos para transformarlas. La reforma propuesta por la Presidenta de la República, la Dra. Claudia Sheinbaum, rompe el paradigma establecido, ese que nos fue impuesto para cuestionar nuestra participación en la vida democrática de México, hoy todos los niveles de gobierno, federal, estatal y municipal, deberán tener gobiernos paritarios.
Los libros de texto en la escuela nos enseñaron que la historia estaba escrita por y para los hombres. Hemos puesto fin a esa parte de la historia, porque en el segundo piso de la transformación, las mujeres hemos iniciado a escribir una nueva historia, una que no discrimina, no desaparece ni mata, aquí iniciamos un nuevo capítulo en la vida pública de México, uno que nos incluye a todas, todos y todes.
Vivimos momentos decisivos para trasformar a México en un país con rumbo y certidumbre, donde el centro de las políticas públicas seamos las mujeres, duele que 10 mujeres no regresen a casa todos los días, que seamos el país con mayor número de embarazos en menores de edad, que las fiscalías al día de hoy adolezcan de perspectiva de género, por ello refrendo mi compromiso de trabajar en la construcción de un andamiaje jurídico con perspectiva de género, hasta queser mujer no implique oportunidades desiguales, que ser mujer no signifique vivir con miedo a las múltiples violencias, hasta que cualquier mujer con independencia de su lugar de origen pueda llegar a esta esta tribuna para alzar la voz.
María Rosete
#PorLosQueAmamos