ANTONIO SANDOVAL
No me voy a deshacer en elogios hacia el recientemente fallecido Mijaíl Gorbachov; todos los seres humanos tenemos un lado luminoso y uno oscuro, con toda seguridad este personaje no escapaba a tal situación.
Sin embargo, personalidades como este expresidente de la también desaparecida Unión Soviética, tienen una enorme ventaja que no tenemos la inmensa mayoría de los seres humanos que poblaron, poblamos y poblarán este planeta, esa ventaja consiste en que sus acciones y decisiones impactan a una parte importante de la población, incluso más allá de las fronteras de su país de origen.
Como sabemos, entre los líderes también hay niveles: hay negativos, positivos, unos más líderes que otros, manipuladores, etcétera. También hay especie distinta, que trasciende todo, desde luego en la historia, a esa clase de líderes pertenecía Gorbachov, evaluado única y exclusivamente por sus acciones.
Sin querer, la economía global como hoy la conocemos, con todos sus males, es producto de Mijaíl Gorbachov, entre otros más claro.
Lo más curioso es que Gorbachov no era economista, nunca lo fue y posiblemente ni siquiera le interesó jamás, su formación profesional fue la abogacía, una de las actividades que, como sabemos, se requiere una altísima especialización para llegar a instancias internacionales, las leyes y reglas de un país son tan complejas, que muchas veces basta con eso para que los abogados se mantengan litigando o llevando a cabo actividades propias de su profesión dentro de su país.
Entonces, ¿porqué siendo abogado influyó y determinó tanto en la economía global?; la verdad es que muchas veces no se requiere ser especialista en alguna materia o profesión, para darse cuenta de lo que sucede, y sobre todo hacer una proyección del futuro.
Gorbachov se dio cuenta de que su país, y sobre todo su proyecto económico, no iban a ningún lado; o mejor dicho, sí iban a un lado, directo al fracaso.
El entonces presidente de la Unión Soviética, que por aquellos años era una auténtica potencia económica y nuclear, se dio cuenta que la visión de un solo hombre, y que las formas arcaicas de economía centralizada, con un estado no solamente incapaz sino además con escasos recursos y anquilosado, llevaba directo al fracaso a su nación, y por lo tanto a muchos otros países en el mundo, que actuaban bajo la órbita soviética.
Visionario, detectó que el mundo radicalizado de entonces, atrapado en una “guerra fría” que no dejaba ningún saldo en ningún sentido, con líderes empecinados en mantener regímenes políticos, económicos, sociales y militares, no tenía más futuro.
Gorbachov no era muy querido en Rusia, decían los medios. De hecho su muerte fue recibida con frialdad, occidente se deshizo en homenajes para el ex presidente, pero en Rusia hubo noticias más importantes, los medios lo consignaron poco.
Y no es para menos, bajo la visión de un mundo más global y la inoperancia del sistema económico que enmarcaba a su nación, decidió dar un paso crucial para entender al mundo que hoy nos rodea, sin importar que ese paso implicara la destrucción del país que gobernaba, desintegrándose en varias repúblicas, una de ellas Ucrania, por cierto.
Es de comprenderse el malestar de muchos rusos, mal informados o informados de acuerdo a los intereses de algunos, que veían en la ex Unión Soviética un sistema de control con beneficios para ciertos intereses.
La disolución de la Unión Soviética trajo una serie de cambios en cascada, cimbró los sistemas socialistas y derrumbó de una vez para siempre el mito del estado de bienestar que según se gestaba bajo estos regímenes.
Pero el mismo Gorbachov lo dijo alguna vez, “el problema no son los modelos económicos, sino los hombres”.
Su visión de un mundo más global, abrió paso a la globalización, que no ha solucionado los problemas, que tampoco ha impedido el crecimiento de la pobreza y la desigualdad en muchas partes del planeta, pero que al menos detuvo y terminó con un modelo de economía retrograda, centralizada, sustentada en los designios de un solo hombre, aunque de vez en vez se repite en el mundo.
A la luz de los acontecimientos de los años recientes, es posible que el mundo requiera un Gorbachov, para que nos diga hacia dónde vamos y qué debemos hacer para estar mejor de como ahora estamos, vaya que es necesario.