En 5 Puntos. ¿A quién le pasamos la factura, Señor Presidente?

2. ¡De Puebla para el mundo! ¿Usted cree que en estas épocas estamos como para desperdiciar dinero? Busque por favor en redes sociales el numerito de los diputados locales de Puebla quienes, después de aprobar una muy polémica Ley de Educación, tuvieron un momento digno de “John & Sabina” al burlarse en video de las universidades, padres y estudiantes que se quejaban por dicha Ley. Eso pagamos de nuestros amables impuestos.

3. Qué Limantour nos redima… Creo que al Presidente López Obrador le tienen mala fe en Palacio Nacional pues la semana pasada le colaron, entre sus apuntes sobre el poco recomendable recorte al presupuesto en investigación en el país, algún discurso de campaña de Álvaro Obregón a la presidencia. Si no ¿cómo explicar que a la comunidad científica del país (que siempre debería ser uno de nuestros orgullos) la tachó de porfirista?

4. El INEGI bien ¡y hasta sin sus chavos! El impacto generado por los resultados de la emergente Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE) ha opacado la oportuna, precisa y contundente respuesta del INEGI al COVID19. Ante la imposibilidad de exponer a sus encuestadores, el Instituto se vio obligado sacar al conejo de la chistera y generar una metodología nueva para poder levantar la información que tradicionalmente se recababa vía la ENOE. Trabajo mucho con información del INEGI, hace poco menos de 10 años formé parte del SNIEG y en 2017 tuve el gusto de recibir a Julio Santaella, el Presidente del INEGI, en Puebla donde comprobé que además de saberle al tema es un tipo de muy buen trato. Honor quien honor merece y, de verdad, mi reconocimiento a Julio y al INEGI por el trabajo de Estado que realizan y su capacidad de reacción.

5. ¿A quién le pasamos la factura Señor Presidente? Lo mismo Isaac Katz, del ITAM, que Miguel González Ibarra, de la UNAM, o un servidor, así como la gran mayoría de los economistas serios de este país, advertimos desde principios del año por todos los medios a nuestro alcance que venía una crisis económica fortísima y que, dadas las circunstancias, 2020 era el año de relajar la disciplina fiscal y tener una política fiscal expansiva que protegiera a las empresas pequeñas para que no tuvieran que cerrar, evitar que nos comiera el desempleo y la falta de demanda agregada que lleva asociada. Lo único que recibimos, en su momento, fueron burlas y sarcasmo de Palacio. Hoy con 12 millones de mexicanos que salieron de la PEA entre marzo y abril (muchos por la “sana distancia” y otros más por que sus fuentes de trabajo desaparecieron) y los 5 millones que entraron al subempleo (en marzo la ENOE registró 5.1 millones y el abril la ETOE registró 11 millones) por perder sus trabajos, desafortunadamente la realidad nos da la razón.

¿A quién le pasamos la factura del costo generado por no querer escuchar a los especialistas, Señor Presidente? Porque hasta el momento, es la gente que tiene la necesidad de trabajar para sacar adelante a sus familias quien la está pagando.