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Un pianista deleita con su destreza musical a un grupo de personas elegantemente vestidas. Al terminar de tocar su pieza se levanta respetuosamente, y le avisa a la concurrencia que tanto él como sus otros dos músicos tomarán un breve descanso, y de inmediato se dirige al sanitario encontrándose de golpe con el anfitrión de la casa, que se disculpa y le invita a pasar al baño destinado a personas como él. Porque la gente de raza negra no puede ni debe usar los mismos retretes que otros, ya es suficiente con dejarles estar en la misma habitación que la gente blanca.
Don Shirley (Mahershala Ali) es un virtuoso pianista afroamericano que desde muy niño fue preparado en diversos conservatorios de música, al contrario de mucha gente “de color”, este joven ha vivido cómodamente durante toda su vida. Su destreza y genialidad le han llevado muy alto dentro de la música clásica y el jazz. El último disco que grabó se ha vuelto un tremendo éxito en los círculos intelectuales de Norteamérica, y es por ello que su disquera ha preparado una gira por el Deep South, siendo así como se le conoce a una región de los Estados Unidos profundamente racista.
Por otro lado, tenemos a Tony Vallelonga —Viggo Mortensen o Tony Lip, para los amigos—. Un saca borrachos de un afamado club del Bronx que de un día para otro se queda sin empleo. La vida en los barrios bajos de New York no es sencilla, pero el señor Lip se las arregla para llevar sustento a su hogar. Un día una llamada telefónica le hace saber que un tal Don Shirley busca sus servicios como chofer.
El encuentro de ambos es por demás surrealista: un hombre de raza negra sentado en un trono, con decoraciones en marfil, oro y porcelana, mientras el otro un italiano que viste con ropa medio sucia, y una mala dicción con mezcla de italiano e inglés. Ambos se enfrascarán en un viaje largo en donde enfrentarán sus prejuicios y miedos… y los del sur de Estados Unidos.
Green Book ha sido una grata sorpresa en las marquesinas, no tanto por la historia que cuenta puesto que a pesar de estar basada en una historia real, es una historia ya por demás vista.
Podemos encontrar este tipo de historias desde la ya clásica El chofer y la señora Daisy (1989), Conquistando a mi suegro (2005) o Amigos intocables (2011). Lo que provoca que sea grato verla, es por la química entre sus actores, el contexto de un personaje de raza negra que no crece dentro de la marginación; y por supuesto, también que es el primer filme del director Peter Farrelly en tono más serio y disfrutable. Farrelly comenzó su carrea con la roadtrip escatológica Una pareja de idiotas (1994). Que interesante es, que éste, su primer filme en solitario y menos burdo, sea también una película de viaje mucho más madura, nada escatológica, pero igual de incómoda para muchos.