INE, árbitro polémico y en riesgo

Hasta antes de 1990, cuando se creó el Instituto Federal Electoral (IFE), las elecciones eran reguladas, calificadas y sancionadas por el propio gobierno. Todavía el IFE se gestó hace más de 30 años como un ente de Estado con la concurrencia principalmente del secretario de Gobernación, aunque con el paso del tiempo fue modificando su estructura para ser más autónomo.

El INE está ahora inmerso en una polémica por sus más recientes decisiones de retirar las candidaturas a los gobiernos de Guerrero y Michoacán a Félix Salgado Macedonio y Raúl Morón, respectivamente, por no presentar en tiempo y forma sus gastos de precampaña. Ambos pertenecen al Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

Aguerrido y polémico, Salgado Macedonio acusó a los consejeros de parciales y amenazó con perseguirlos hasta sus casas si continuaban desconociéndolo. También advirtió que no habría elecciones si él no estaba en las boletas del 6 de junio.

El presidente de Morena, Mario Delgado, también ha sido duro en sus apreciaciones contra el INE. Ha dicho que este organismo debe “renovarse o exterminarlo”. Andrés Manuel López Obrador, jefe del Ejecutivo, ha esbozado, por su parte, que el INE debe renovarse y “habría que analizarlo después de los próximos comicios del 6 de junio”.

Lorenzo Córdova, presidente consejero electoral, ha declarado que el INE es un árbitro imparcial y neutral que solamente aplica las reglas.

Toda esta vorágine política - electoral está provocando mucho ruido hacia el 6 de junio, independientemente de la decisión que finalmente tome el Tribunal Electoral con respecto a las candidaturas de Félix Salgado Macedonio y Raúl Morón.

Al parecer, el Instituto Nacional Electoral, como lo conocemos actualmente, tiene los días contados, sobre todo si Morena conserva la mayoría en la Cámara de Diputados.