No quisiera polemizar con nadie y menos ahora que se trata de ver hacia delante y tratar de reflexionar sobre la manera en la cual nos estamos reinventando, tanto en el terreno laboral como comercial y educativo. No creo que sea el momento de provocar a quienes, desde un punto de vista más mercantil; han cuestionado los esfuerzos e iniciativas que, desde el sector público; se han hecho para llevar Internet para todos los mexicanos.
La realidad nos alcanzó y el Covid-19 solo fue el ventarrón que nos tiró la máscara que nos hacía creer que México era un país con alta conexión a internet. Lo dije entonces y ahora la terca situación nos confirma que no es lo mismo tener cobertura que tener conectividad en todo el territorio.
No todos los niños pueden tener sus clases virtuales y sesiones de Zoom ni siquiera en las ciudades más grandes; no todas las familias se pueden entretener viendo videos en youtube o en Netflix; no todos los trabajadores tienen una PC o una laptop que les permita hace home office y, sobre todo; no todos los hogares mexicanos pueden compartir la misma conexión internet al mismo tiempo.
Pero viendo para adelante, es justo reconocer y valorar el esfuerzo de las empresas de telecomunicaciones fijas y del Instituto Federal de Telecomunicaciones quienes han instrumentado el “Paquete emergente y provisional en apoyo ante la contingencia por Covid-19”, gracias al cual, por 100 pesos al mes se tendrá una conexión ilimitada a internet, aunque de baja de velocidad y con restricciones de video.
Por cierto, de haberse aplicado a rajatabla la sacrosanta neutralidad de la red como la piden los puristas de la libertad de internet, las empresas como Totalplay, izzi, Telmex, Megacable y Maxcom, no podrían ofrecer tan fácilmente este beneficio; por lo que millones de usuarios en todo México estarían más desconectados durante la cuarentena.
Pero creo que debemos ir más allá y aprovechando que estamos en esa dinámica de reinvención social. Debemos seguir las recomendaciones de la CEPAL y otros especialistas del continente, quienes recientemente sugirieron a los gobiernos de América Latina, tomar una serie de medidas regulatorias y administrativas para impedir que se incremente esa brecha entre los que tienen y no tienen acceso a internet.
Proponen eliminar de manera temporal cualquier restricción para el despliegue, actualización o mejora de infraestructuras de banda ancha; maximizar la eficiencia en el uso del espectro radioeléctrico, actualizar marcos jurídicos y regulatorios en diferentes materias, así como universalizar el acceso y la cobertura de redes de telecomunicaciones mediante políticas públicas y regulación actualizada que fomenten la inversión en el sector. Sí, se trata de hacer a México más digital pues esa será la economía de la post-pandemia.