Después de 19 meses de confinamiento, cuatro mil docentes del país se dieron cita, desde la virtualidad, para analizar los desafíos que enfrenta la Educación Media Superior.
Reunidos en el XXI Coloquio Nacional de Formación Docente, del que fue anfitrión el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) de la UNAM, los participantes, provenientes de más de 40 universidades, intercambiaron las experiencias que les dejó el abrupto cambio del aula a las pantallas de computadora, y las oportunidades que la tecnología ofrece para desarrollar las tareas de enseñanza y aprendizaje.
No ha sido fácil el trabajo realizado en el aislamiento social. En el camino, muchos profesores sufrieron para adaptarse a las nuevas tecnologías, estudiaron para aprender a usar las plataformas, para entender las dinámicas de aplicaciones, websites y bases de datos; para cribar información, para buscar las mejores opciones y lograr la atención de sus alumnos y, desde luego, para propiciar el aprendizaje.
Durante las 128 mesas de trabajo, con 510 ponencias y conferencias magistrales, se abrió un abanico de posibilidades para reencauzar la educación, para modernizarla más allá de las tecnologías; para convertir la coyuntura en un parteaguas que permita apostar por la formación integral de los estudiantes, desde un enfoque diferente, en el que el centro continúe siendo el alumno y la calidad de los conocimientos adquiridos.
Se trata de repensar la docencia para un futuro que se vislumbra con más tecnologías, de replantear el qué y cómo se enseña, ya que después de la pandemia no se podrá regresar a los mismos esquemas de la docencia tradicional, centrada principalmente en los materiales analógicos. En consecuencia, se deberán incorporar los recursos digitales.
También se tendrá que apostar por la formación integral de los jóvenes, mediante el equilibrio de las actividades curriculares y no curriculares, donde la presencialidad y las tareas a distancia convivirán en un esquema de modelos mixtos. Este cambio deberá considerar la empatía y el acompañamiento de los profesores y alumnos, porque no solo se trata del dominio de los recursos digitales aplicados a la enseñanza, sino del acceso a dichas tecnologías, pues no se deben olvidar las zonas marginadas de nuestro país que carecen de conectividad y equipos de cómputo.
En este contexto, los asistentes al coloquio reconocieron que durante la pandemia han sido innegables los avances en la incorporación y uso de nuevas tecnologías; sin embargo, coincidieron en que no hay tecnología que supla la formación presencial en las aulas y laboratorios, ya que los jóvenes requieren de la convivencia y la socialización para reforzar su desarrollo físico y emocional, de ahí la importancia de la presencialidad.
En el evento organizado por el CCH, se reconocieron los retos y las oportunidades para reinventar y fortalecer la docencia en los ámbitos de la Educación Media Superior de México, sin olvidar que los alumnos y los docentes son la razón de ser de este sistema educativo.