Después de la noche larga y tensa de la elección presidencial en Estados Unidos, la incertidumbre fue ganando terreno y tras las palabras de los dos candidatos la polarización se sumó a esta ecuación. Los primeros resultados no mostraban un ganador claro y la puerta para el conflicto poselectoral se comenzó a abrir.
Joe Biden, fue el primero en hablar después del cierre de las casillas, pidió paciencia, incluso recurrió a la fe, nadie se puede declarar ganador definitivo hasta que no se cuenten todos los votos y fiel a su costumbre Donald Trump, se llamó víctima ya que le querían robar la elección, quitarle el triunfo y que todo se iría a la Corte Suprema.
Mientras las horas transcurrían se generaron algunos enfrentamientos en Washington que no desembocaron en situaciones mayores; sin embargo, el espacio de conflicto postelectoral de la polarización seguía alimentándose.
Las autoridades electorales de: Pensilvania, Wisconsin, Michigan, Carolina del Norte, Georgia y Arizona realizaron el conteo de votos lentamente con lo que la incertidumbre va en aumento. Nada para nadie, incluso comenzaron las sospechas de manipulación de votos, el rumor de un fraude aumentó, el alto número de votantes era la causa del lento avance de la maquinaria electoral. Se conoció el miércoles mismo que más de 150 millones de personas había expresado su preferencia en las urnas, de ellas más 102 millones lo habían hecho por anticipado tanto por correo como de manera presencial.
Hay que recordar que en los Estados Unidos no hay una autoridad electoral federal lo que le de autonomía a los 50 estados, en este sentido y cuando existen hasta nueve usos horarios diferentes y entidades alejadas como Alaska y Hawái, el conteo de votos sobre todos los emitidos por correo se complica con lo cual el tenso escrutinio no sólo está en juego la afirmación de un proyecto político u otro sino la unidad y estabilidad de la sociedad estadunidense.
Estados Unidos es un país que se ufana de su democracia, sin embargo, hay que revisar esta afirmación ya que, al conjugar el voto popular con el colegio electoral, confunden, complican y dan paso a situaciones como las vividas a partir del martes pasado.
Es verdad, esta incertidumbre no necesariamente es una sorpresa sobre todo en un año donde todo se ha visto trastocado por la pandemia Covid-19, muchos Estados realizaron modificaciones a los procesos de votación y facilitaron el voto por correo con lo cual millones de personas optaron por esta alternativa en lugar de aventurarse a depositar su boleta de forma personal lo cual derivó en un lento proceso de conteo de votos que al final se traduce en que no haya resultados finales y no se conozca el nombre del presidente aún.