Columnas
Por Erika Solorio, activista de derechos humanos, asesora política, comunicóloga social. Mtra. Administración y Políticas Públicas con Enfoque en Gestión Política.
Los derechos de las personas que están privadas de la libertad también son derechos humanos, se encuentran plasmados en documentos internacionales y nacionales.
¡Prevenir el delito para evitar más encarcelamientos siempre será fundamental!
Los diversos contextos vivenciales desde la niñez y la adolescencia son objeto de estudio por parte de investigadores, el objetivo es prevenir los delitos por los que las personas llegan a ser encarceladas.
En el informe: Los Datos Importan, se dio a conocer que al cierre de “2019 se -estimaba- que 11.7 millones de personas estaban detenidas en prisiones en todo el mundo, (2021, United Nations Office on Drugs and Crime).
Resulta trascendental, que desde el año 1980, el sistema de salud pública ha trabajado en la prevención de delitos.
En la página oficial de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) menciona que: “en 1996, la Organización Mundial de la Salud declaró a la «prevención de la violencia» como una prioridad de salud pública, por sus afectaciones en la vida y seguridad de las personas y comunidades”.
En el año 2023, tuve la oportunidad de impartir un curso de derechos humanos en un penal de mujeres, ubicado en la Ciudad de México; las internas estaban sumamente entusiasmadas y agradecidas por recibir la información sobre los derechos de todas y todos.
Abordamos temas sobre la prevención del delito y la protección de los derechos humanos, dos aspectos fundamentales e interconectados en cualquier sociedad justa y segura. Además, todas fuimos conscientes que actuar desde la empatía es fundamental para avanzar en el bien común.
¿Por qué las mujeres privadas de la libertad no recibieron información sobre los derechos humanos antes de cometer diversos delitos? Posiblemente, existan varias respuestas a la interrogante.
Los derechos humanos son los derechos inherentes a todos los seres humanos, independientemente de su raza, nacionalidad, sexo, origen étnico, religión u otra condición. Es crucial que las estrategias de prevención del delito sean diseñadas y ejecutadas con respeto irrestricto a los derechos humanos.
Esto significa que cualquier medida tomada para prevenir el delito debe ser efectiva, pero al mismo tiempo respetar y proteger los derechos fundamentales de las personas.
En las cárceles debe prevalecer la dignidad y trato humanitario; la salud pública y atención médica; la alimentación y condiciones sanitarias; la seguridad personal, así como el acceso a la justicia, entre otros.
Desde la gobernanza deben de atenderse las necesidades de las familias y la descomposición del tejido social a nivel mundial, la prevención del delito siempre será prioritario para disminuir los factores de riesgo, el número de delitos y de encarcelamientos.