La buena: la inflación es global y México no tiene nada que ver
La mala: Nos afecta igual, o más
El dato: La tasa de inflación durante la primera quincena de junio en México se ubicó en 7.88 por ciento a tasa anual, lo que muestra que sigue el crecimiento de precios en nuestro país.
¿Sirve o no el PACIC?
Recordemos que el pasado 4 de mayo se firmó por parte del gobierno y la iniciativa privada un pacto, no llamado así para no hacer referencia al pasado, para controlar la inflación.
El Plan de Apoyo contra la Inflación y la Carestía (PACIC), fue la medida gubernamental para intentar contener el crecimiento de la inflación, que por entonces ya daba muestra de repuntar, colocándose arriba de 7 por ciento.
Desde un inicio hubo ciertos aspectos no muy claros en el famoso PACIC, sobre todo porque en su esencia parecía limitado, en afán de no querer regresar al pasado se firmó una especie de contrato de buena voluntad.
Los datos más recientes por parte de casas de análisis, señalan que entre el 75 y el 80 por ciento de la inflación que vive nuestro país actualmente es importada, es decir proviene de fuera.
Esa significa que el desempeño de los precios en México poco tiene que ver con condiciones internas, es decir los productos no suben porque la economía mexicana tenga elementos de descomposición, que sí los tiene, pero estos no necesariamente están ligados a la inflación.
El PACIC tiene entonces casi 2 meses de vida, es un tiempo relativamente corto para determinar si ha servido o no a la economía, si se han cumplido los objetivos planteados.
Una primera lectura nos podría decir que no es tan efectivo considerando que al menos en la primera quincena del mes en curso la inflación volvió a repuntar, en esta ocasión a 7.88 por ciento, acercándose peligrosamente a niveles de mayor riesgo.
Un dato adicional consiste en señalar que el Banco de México elevó su tasa de referencia a 7,75 por ciento, es decir la subió 75 puntos base, el mayor incremento desde el año 2008.
Sin embargo, con todo y este aumento de la tasa de referencia, como vemos la inflación es todavía superior: es decir, 7.88 por ciento vs 7.75 por ciento. Para efectos prácticos es evidente que la economía mexicana paga tasas negativas.
Decíamos que alrededor del 80 por ciento de la inflación que hoy padecemos es importada, lo que de ser cierto significa una tasa elevadísima.
Podría decirse que es una noticia alentadora saber que la inflación no la está generando la economía mexicana por sí misma, al menos no en una buena proporción.
Pero es altamente alarmante saber que la inflación que hoy padecemos, es decir el crecimiento de precios, es importado, por la simple y sencilla razón de que no tenemos control sobre eso y nos pone en enorme desventaja.
Con la inflación al alza y además importada, nuestra economía se encuentra a la deriva; si bien ha sido muy acertado que se otorguen subsidios a las energéticos como la gasolina, ya que de otro modo la inflación actual ya rondaría niveles de entre 10 y 11 por ciento, es claro que los riesgos no pueden evitarse por completo y que el incremento de precios es inevitable.
Una inflación importada es altamente riesgosa, igual o peor que la que se genera al interior de la economía.
El eventual descontrol de la inflación externa, ponen en enorme riesgo a la economía mexicana, que no tiene herramientas para contrarrestar los efectos externos del crecimiento de precios.
Por eso, seguramente en los próximos días y semanas veremos con insistencia preguntas sobre la eficiencia o no del PACIC, el programa antiinflacionario del gobierno federal.
Quizás más que cuestionar un programa coyuntural, lo que debamos hacer es revisar las condiciones de la economía en general y su fortaleza o no para soportar los shocks que provienen del exterior.
Lo anterior debido a que México no puede cerrar sus fronteras, no puede cancelar el comercio con el mundo porque simple y sencillamente es un país del tercer mundo, no autosuficiente, hacerlo entonces sí generaría además de mayor inflación problemas como carestía, y otros.
La economía del país pasa por momentos complicados, como todas, la inflación que padecemos no se irá en el corto plazo, es mejor acostumbrarse a vivir con ella y sobre todo, deben buscarse opciones para enfrentar los efectos.
Las autoridades del sector financiero tienen mucho qué explicarnos en los próximos meses, y debemos verlos más proactivos frente a este fenómeno mundial, con gran impacto nacional.