Por Mauricio Huesca
Hablar de cultura cívica por parte de la autoridad electoral es contribuir al desarrollo de la vida democrática y al fortalecimiento de una mejor ciudadanía a través de diversas acciones, orientadas a que las y los ciudadanos adopten los principios y valores de la democracia misma.
En teoría los institutos electorales organizamos elecciones, empero, transformamos la realidad, por ejemplo, haciendo accesible y llamativa la paticipación política de las y los jóvenes, generando espacios de participación activa con temas prioritarios, implementando una serie de acciones educativas relacionadas con valores, prácticas y costumbres de la sociedad, a efecto de detectar cuáles son las áreas de oportunidad pendientes por atender, potenciando una convivencia más cívica, solidaria, responsable y participativa, como parte de un proceso permanente de construcción de ciudadanía.
Un síntoma del proceso de consolidación de la aún joven democracia mexicana, se aprecia en la juventud, que goza de libertad de expresión, de elegir, de reaccionar, de decidir, de poderse agrupar y lograr impactos para su causa. Pero, si trasladamos esas libertades a la arena pública, notamos que las niñas, niños y adolescentes son partícipes de la transformación de sus entornos, están en la búsqueda incansable para que se reconozca su derecho a la ciudadanía y sean tomados en cuenta en la vida democrática y la palestra pública del país.
Existe una visión adultocéntrica de formación del Estado en la que se nos ha vendido la idea de que el voto es el mecanismo de participación activa en nuestros asuntos públicos, cuando la verdad es que no es la única forma y no es la que nuestras juventudes están haciendo, porque llevan a cabo sus propias manifestaciones para señalar que el modelo de Estado no es acorde a sus necesidades.
Hay indicadores como el “Informe país sobre la calidad de la ciudadanía en México”, la encuesta “Latinobarómetro” y el “Informe sobre Cultura Cívica en la Ciudad de México 2017” elaborado en el Instituto Electoral de la Ciudad de México, que señalan que el 25 por ciento de la población está tan inconforme con la democracia, que preferirían votar por un gobierno dictatorial. La tarea conjunta de las instituciones electorales, academia, aliados estratégicos y sociedad en general, es revertir esos datos relacionados con la percepción de la democracia y la política.
Por su parte, invito a las y los jóvenes a que conozcan y dominen las reglas del juego electoral, la forma en que los partidos políticos elegirán sus candidaturas, a dar seguimiento a los gastos de campaña, y a los mensajes políticos, a conocer sus opciones de candidaturas, tomen las riendas de lo que les toca decidir para su futuro participando en las eleciones del próximo 6 de junio de 2021.