La Semana Mundial de la Lactancia Materna 2021, que se conmemorará del 1 al 7 de agosto, se centra en "Proteger la lactancia materna: una responsabilidad compartida", cuya finalidad será hacer evidente las redes de apoyo necesarias e indispensables para establecer una lactancia exitosa con múltiples beneficios a la salud física y psicológica de las mujeres y las y los lactantes.
Dentro de las redes de apoyo mencionadas por la Alianza Mundial para la Acción sobre Lactancia Materna, están los padres, la comunidad, organizaciones laborales e instituciones académicas. La semana de reflexión además buscará visibilizar los retos que supone la lactancia materna en medio de la pandemia por Covid-19.
Ya en otros momentos, organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud, han hecho grandes esfuerzos por recalcar y reconocer que la leche materna es el mejor alimento para niños y niñas durante los primeros seis meses de vida.
Desafortunadamente, amamantar no es una posibilidad o una realidad para miles de mujeres en desarrollo profesional y con jornadas laborales completas, además de la situación de discriminación y desigualdad que enfrentan las mujeres que son madres y trabajan; de ahí la importancia de hablar de lactancia materna, generando condiciones para la protección de la maternidad.
La UNICEF advierte que en México solamente uno de cada tres bebés menores de 6 meses es alimentado exclusivamente con leche materna, lo que representa uno de los porcentajes de lactancia más bajos en todo el mundo, además de que el porcentaje de las mujeres trabajadoras que practican la lactancia exclusiva es menor, con respecto a las mujeres que no trabajan.
La evidencia demuestra que regularmente las mujeres interrumpen la lactancia, cuando retoman las actividades laborales, pese a que existe la obligación patronal de otorgar a las madres trabajadoras dos tiempos de descanso para la lactancia o reducir la jornada laboral, además de contar con los espacios adecuados para ello. Pero, las mujeres se enfrentan a otras exclusiones que no están previstas en las normas laborales, como el empleo informal, largos trayectos de movilidad y falta de apoyos familiares y sociales.
Miremos a las mujeres a las que se les niega el derecho a practicar la lactancia, cuando no reciben el apoyo necesario por parte de sus familias, de su comunidad, de los sistemas de salud y de las organizaciones laborales y de las instituciones académicas. Acompañemos, ya sea desde el ámbito legislativo, económico o social a aquellas mujeres que en el ejercicio de sus derechos en torno a la maternidad se ven obligadas a renunciar a sus proyectos de vida, olvidando que la lactancia materna es un tema de salud pública y debe ser abordado como tal, no es un asunto exclusivo de las mujeres.