Latinoamérica vuela hacia el sueño

América Latina vive por fin un periodo de libertad. Durante muchos años sufrió golpes de Estado militares. Después vino el periodo de fraudes, que le tocó a México todavía en 2006. El INE no puede negar su responsabilidad en esas elecciones.

Una vez superada la etapa de los fraudes electorales surgió la verdadera vocación política de los latinoamericanos, que ahora vemos reflejada en el mapa político de la región.

Sólo en Bolivia de 1945 a 2015, han sucedido 23 golpes de Estado, es decir, que cada tres años, en promedio, hubo un golpe contra la democracia y su respectiva represión. Hay historiadores que aseguran que ese país sufrió de 1934 a 2015 un total de 56 golpes, tomado en cuenta los que fueron frustrados.

El país vecino, Guatemala, sufrió 36 asonadas de 1902 a 1993. Es decir, nunca permitieron a los latinoamericanos mostrar su voluntad política. La represión fue la respuesta a la exigencia de libertad de los regímenes de la región desde hace siglos.

El único camino que conoce la derecha en América Latina es la violencia, podemos constatarlo ahora con los remedos de revuelta organizados por los partidarios de Bolsonaro, que no llegan ni a 50 pero fueron repartidos por el Partido Liberal de manera estratégica en algunas carreteras de Brasil.

En Uruguay, es muy posible que antes de que haya elecciones caiga el actual presidente Luis Lacalle Pou, por su desempeño desastroso de la economía y el autoritarismo; lo mismo sucedería en Paraguay, donde También gobierna la derecha, con Mario Abdo Benítez, quien ya no sabe qué hacer con un cargo que le quedó muy grande. En República Dominicana, ya prácticamente el alcalde de Santiago, Abel Martínez Durán, del Partido de la Liberación Dominicana, es consultado como si fuera presidente de esa nación, mientras que el actual presidente de derecha Luis Rodolfo Abinader Corona, no sabe qué hacer con un conservadurismo rancio y excluyente, que espera que el espíritu asesino de Leónidas Trujillo, le ayude a gobernar. Estos países esperan sus elecciones para irse del lado democrático de la historia.

Los héroes de América Latina son libertarios, los villanos son conservadores, afirmación que pareciera esquemática y maniquea pero describen, con claridad, las luchas que costaron millones de vida. La lucha por la libertad lleva siglos, y sigue por ese camino.

Los regímenes progresistas que avanzan pintando el mapa de América Latina y el Caribe, son, en primer lugar, producto de elecciones limpias, es decir ocurren en sistemas democráticos, los cuales acaban de llegar a la región luego de negarle la libertad de elegir a sus gobernantes. Cuando los latinoamericanos son libres de votar lo hacen por la izquierda. Conocen el colonialismo desde la llegada de los españoles hasta el día de la erradicación de los fraudes electorales.