La historia del piloto Lewis Hamilton, es un ejemplo de superación; logró su séptimo título mundial y entró al Olimpo de la Fórmula 1, pero años atrás, sufrió bullying y racismo hasta los 18 años: "Que nadie te diga que no puedes cumplir tus sueños", es la frase que inmortalizó ayer, tras ganar el Gran Premio de Turquía, pero en realidad es un mensaje para todos aquellos que atraviesan por este tipo de abusos.
Es un privilegio vivir en los tiempos de Hamilton, pues el triunfo de ayer, lo pone mucho más alto del podio que compartió con el mexicano Sergio "Checo" Pérez, de Racing Point, que obtuvo un segundo lugar, una posición en la que no se veía desde hace ocho años; el tridente se completó con el alemán Sebastian Vettel, de Ferrari, figuras que llevaron al máximo sus monoplazas para brindar una carrera extraordinaria.
Lewis Hamilton logró lo impensable, algo que se veía muy lejano, pues lo glorioso de esta victoria es que igualó con siete campeonatos al legendario bólido alemán Michael Schumacher.
Esta hazaña queda plasmada para siempre. Es de esos logros que el periodismo deportivo disfruta relatar, escribir y compartir; el británico arrojó infinidad de números y estadísticas para las páginas del automovilismo, una de ellas es que este título es su cuarto consecutivo que va de la temporada 2017 a la 2020.
Otros pilotos como el argentino Juan Manuel Fangio y Sebastian Vettel, también han conseguido cuatro campeonatos al hilo en la máxima categoría, pero solo Schumacher tiene el récord de cinco títulos de manera consecutiva, un dominio que solo él, abordo de su bólido, pudo conseguir con los colores de la prestigiosa marca italiana, Ferrari.
Hamilton se ha sentado en la mesa de los mejores de la historia de la Fórmula 1. Sus ahora siete coronas y 93 victorias, están a un costado de las 91 de Schumacher; Fangio se quedó con cinco campeonatos y 24 triunfos; Alain Prost, registró cuatro Copas y 51 primeros lugares; Vettel completa la "cena" también como tetracampeón mundial.
Toda esta grandeza en Lewis Hamilton, que hoy presenciamos, es producto de una voluntad inquebrantable forjada en aquel barrio de Stevenage, Inglaterra, donde atravesó acosos escolares, los cuales pudo superar gracias a un acelerador, un volante y los consejos de su padre Anthony: "Habla siempre en la pista", algo que ha hecho desde antes de debutar en la Fórmula 1, pero que actualmente perfecciona cada que sale a las pistas. Un camino que trazó del bullying al Olimpo.