DIEGO JUÁREZ BOLAÑOS
En 2021 se celebran 50 años desde la creación del organismo gubernamental que atiende a las escuelas en miles de localidades rurales, las más aisladas y pequeñas del país —donde habitan, usualmente, menos de cien personas—. Nos referimos al Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE), una institución del Estado mexicano que desempeña sus funciones alejada de los reflectores de los medios de comunicación.
El CONAFE tiene algunas características únicas. Hace medio siglo, en México no existían suficientes docentes profesionales, por lo que se creó la figura del Instructor Comunitario, adoptada por jóvenes que, durante un año, realizan su servicio social impartiendo clases en las escuelas rurales comunitarias de nivel preescolar, primaria y secundaria. Además, para sostener el servicio educativo, los habitantes de las localidades rurales aportan su mano de obra para construir las escuelas y son obligados a otorgar alimentación y hospedaje a los jóvenes que imparten las clases.
De esta manera, y a 50 años de la creación de esta institución, resulta conveniente preguntarnos: ¿Las condiciones sociales en México justifican que sean los pobladores de las localidades rurales quienes sostienen los servicios educativos que llegan a estos lugares? ¿Aún se justifica que las escuelas rurales sean atendidas por jóvenes prestadores de servicio social, quienes cuentan con voluntad de servicio, pero no necesariamente con sólidos conocimientos de pedagogía?
Las respuestas a este par de interrogantes no podrían ser tajantes sino, más bien, comprehensivas de la diversidad social que se vive en los muchos “Méxicos” existentes. En términos de equidad e igualdad social, no resultaría justo que el Estado mexicano instale los servicios escolares sólo si los habitantes de las localidades rurales —muchos de ellos en condiciones de pobreza y marginación—, otorgan los alimentos y el hospedaje a los docentes y demás figuras de acompañamiento escolar que llegan a esos lugares. Sin embargo, hay que reconocer que esta dinámica facilita la creación de estrechas relaciones entre los educadores y los pobladores rurales; relaciones poco comunes en el caso de los maestros profesionales de medios rurales, ya que muchos de ellos se trasladan diariamente desde sus hogares en las urbes hacia los centros rurales de trabajo.
Una posible salida a este dilema sería que los quehaceres de los habitantes rurales fueran fortalecidos por acciones gubernamentales, tales como dotar de despensas a las familias o construir “Casas del Maestro”, donde los Instructores Comunitarios puedan vivir de manera digna en las comunidades.
En relación a la segunda interrogante arriba planteada, nos encontramos en otra encrucijada basada en el hecho de que existen suficientes profesores egresados de las Escuelas Normales y de la Universidad Pedagógica Nacional para ser asignados a las escuelas actualmente atendidas por el CONAFE. Si se decidiera adoptar este camino, se presentarían dos retos: por un lado, no muchos maestros profesionales estarán interesados, ni tendrían la disponibilidad para vivir y trabajar en las pequeñas y aisladas localidades rurales. Por el otro lado, el CONAFE ha construido un modelo educativo específico para la educación rural, el cual no se implementa en el resto de las escuelas atendidas por la SEP; por lo tanto, trasladar las escuelas del CONAFE a la SEP —o a las diversas Secretarías de Educación de las entidades federativas— podría hacerse únicamente si éstas contasen con modelos educativos y de gestión escolar específicos para los territorios rurales.
Para celebrar el 50 aniversario del CONAFE, el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE) de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y la Red de Investigación de Educación Rural (RIER), han organizado cuatro mesas de análisis virtuales en las que se reflexiona sobre la historia, los aportes, los retos y el panorama a futuro de esta institución gubernamental. Las transmisiones se pueden seguir en la página de Facebook de la RIER.
No queda más que felicitar a todas las personas involucradas para que, en decenas de miles de localidades rurales del país, se pueda impartir la educación que ofrece el CONAFE. Felicidades por estos 50 años de existencia.
Dr. Diego Juárez Bolaños, Investigador del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE), de la Universidad Iberoamericana, #IBEROInvestiga. Plumas en colaboración con Integridad Ciudadana AC, @Integridad_AC @IBEROinvestiga