A mis padres por todas sus enseñanzas y amor
La trascendencia de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales ha tomado gran relevancia ante la situación que vivimos en el marco de la emergencia sanitaria ocasionada por el Covid-19. La vinculación e interdependencia que existe de forma directa o indirecta entre los DESCA y otros derechos humanos se ha visibilizado a través de la detención del acceso a la salud, del cese de actividades laborales y educativas, entre otras.
La pandemia ha manifestado la importancia de los DESCA y cómo la ausencia de su justiciabilidad afecta a toda la población y en especial, a los grupos que se encuentran en situación de vulnerabilidad, tales como: mujeres, niñas, niños y adolescentes, adultos mayores, indígenas, migrantes, personas en situación de calle, privadas de su libertad, con afecciones médicas e incluso aquellas que se encuentran laborando dentro del sector informal y que no cuentan con servicios de seguridad social.
Lo anterior, refleja que la justiciabilidad de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales siempre ha permanecido limitada. Sin embargo, esta situación cobra particular relevancia en un escenario como el que hoy vivimos lastimosamente de manera diferenciada, en él, se hace evidente la urgencia de promover, respetar, proteger y garantizar: el trabajo, la seguridad social, la salud, la educación, la vivienda, la alimentación, los servicios públicos, y el acceso a la cultura, entre otros, a través de mecanismos como el Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales —instrumento que, cabe destacar, al día de hoy nuestro país no ha ratificado—.
Por otro lado, la resolución 1/2020 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en su introducción hace referencia a que la crisis que atraviesa el mundo se potencializa en las regiones donde existen mayores desigualdades sociales, como es el caso de México. De esta manera, para poder recuperarnos y salir adelante, es verdad que nuestra sociedad requiere seguir las recomendaciones de los canales institucionales y escuchar las voces de los especialistas. No obstante, urge también crear mecanismos y políticas públicas que permitan enfrentar la crisis económica y garantizar el acceso íntegro de los derechos humanos, así como cuidar la salud física y mental de todas las personas mientras se atienden las demandas de manera prioritaria, y sin discriminación, a fin de prevenir las crecientes situaciones de vulnerabilidad.
A través de estas líneas, invito a la unidad, solidaridad, empatía y a la suma de esfuerzos en el ámbito nacional e internacional de los sectores público, privado y social con el ánimo de, juntos, salir adelante.
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