Columnas
Por Erika Solorio, activista de derechos humanos, asesora política, comunicóloga social. Mtra. Administración y Políticas Públicas con Enfoque en Gestión Política.
El matrimonio infantil es una violación a los derechos humanos, ya que priva a las niñas, niños y adolescentes de tener una infancia, educación, desarrollo integral, salud física y mental.
Los derechos humanos de los menores de edad tienen que ser garantizados por los gobiernos de las naciones, pero también las familias deben de trabajar para asegurar el bienestar de todas y todos.
“Antes de la pandemia de COVID-19, se esperaba que más de 100 millones de niñas se casaran antes de cumplir dieciocho años en la próxima década. Ahora, hasta 10 millones de niñas más correrán el riesgo de contraer matrimonio como resultado de la pandemia”, (UNICEF).
Trabajar en la prevención es fundamental para disminuir diversas problemáticas que se viven a nivel mundial; es primordial la elaboración e implementación de políticas públicas ante una afectación multidimensional.
Las Naciones Unidas hacen un llamado incesante para que, en todos los países se erradique el matrimonio infantil y forzado, ya que “amenaza la vida y el futuro de las niñas y las mujeres de todo el mundo, privándolas de su capacidad de decisión sobre sus vidas interrumpiendo su educación, haciéndolas más vulnerables a la violencia, la discriminación y el abuso, e impidiendo su plena participación en las esferas económica, política y social”, (ONU).
El matrimonio infantil y la violación a los derechos humanos:
1. Derecho a la dignidad: Niega la dignidad de los niños y niñas al obligarlos a asumir roles de adultos para los que no están preparados física, emocional y psicológicamente.
2. Derecho a la educación: Interrumpe la educación de los menores de edad, perpetúa el ciclo de pobreza, las niñas casadas tienden a abandonar la escuela y enfrentan mayores dificultades para acceder a oportunidades educativas.
3. Derecho a la salud: Las niñas y adolescentes casadas o que viven en unión libre tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones durante el embarazo y el parto, así como de contraer enfermedades de transmisión sexual.
4. Derecho a la igualdad de género: Es un principio fundamental que establece que todas las personas, independientemente de su sexo, género, orientación sexual o identidad de género, tienen derecho a disfrutar de las mismas oportunidades y trato justo en todos los aspectos de la vida.
La violación a los derechos humanos de niñas y mujeres es una constante a nivel mundial, se necesitan diversas estrategias para poner fin a esta problemática que se vive diariamente.
¡Es trabajo de todas y todos!
¡Qué razón tenía Eleanor Roosevelt (primera dama de los Estados Unidos 1933-1945), los derechos humanos se trabajan desde “el entorno de cada persona”!