Antonio Rodríguez
La semana pasada se estrenó en la plataforma de Amazon Prime, la última parte de la saga de anime Neon Genesis Evangelion, titulada Evangelion 3.0+1.0. Para los entendido en el mundo del anime y el manga, este es uno de los más grandes jamás creados. Hasta el grado de formarse a alrededor de este una especie de culto por parte de sus fanáticos. Y es por ello que me gustaría hablar de la base, donde se creó todo.
Creada por Hideaki Anno en los años noventa, nos cuenta la historia de un joven llamado Shinji Ikari, un joven estudiante de secundaria que ha sido seleccionado para manejar un robot gigante llamado EVA, los cuales han sido creados para luchar con unos monstruos extraterrestres llamados ángeles, los cuales cada cierto tiempo llegan a la tierra, casi siempre desde el espacio exterior, para aniquilar a la humanidad.
Si, si la duda del amable lector es si esta serie conlleva temas filosóficos y religiosos, la respuesta es afirmativa, desde el título está cargada de simbolismos y referencias a la religión cristiana católica y judías. Es este el primer parteaguas por ejemplo a diferencia de cualquier otra serie anterior como por ejemplo, Madzinger Z, Voltron, o Mobile Suit Gundam, serie enfocadas en Robots gigantes (Mechas) peleando con monstruos o con otros robots gigantes, Neon Genesis Evangelion dota a estos Mechas de organismos vivos al grado de tener en sus entrañas el ADN del mismísimo ADAN.
La serie no es para todos los gustos y a los más susceptibles les incomodaran imágenes con referencias escatológicas, no es coincidencia que el primer de estos EVAS que vemos a atacar a la humanidad, tiene forma de órgano reproductor femenino.
La serie maneja un sin número de referencias y significados bañada de una poesía visual en cada fotograma, los cuales también nos dicen cosas. Los personajes no son cuadrados y ninguno está feliz, nadie tiene paz. Una representación de la depresión que vivía o vive, el autor. El sentir el peso en sus hombros, el mismo es reflejo Sinji.
Y a todo esto ¿porque los humanos pelean con los ángeles? ¿Porque se supone que una imagen que a lo largo de los años se ha manejado como pacifica, amorosa y salvadora, representa aquí todo lo contrario? Bueno esas son las cosas que habrá de descubrir a los largo de sus más de 20 capítulos.
Es imposible reseñar una obra tan enorme en una humilde columna, pero ojala sirva para que más gente se adentre al fantástico mundo creado por Hideaki Anno, dejarse encandilar por la idea de que tal vez y solo tal vez, el creador supremo está decepcionado de su creación. Subversivo ¿no?