La semana pasada exigíamos al gobierno capitalino decretar la Fase 2, para prevenir más contagios derivados del coronavirus; hoy dicha declaratoria no ha llegado, entendemos que se está priorizando el impacto económico, pero necesitamos primero salvar vidas.
El propio subsecretario Hugo López-Gatell aseguró que el aumento de casos hace cada vez más difícil la detección y la contención del Covid-19, y ahora sí recomendó “la sana distancia”.
López-Gatell aseveró que los contagios ya nos son exclusivamente importados del extranjero, sino que ya comienza a darse un proceso epidémico donde hay portadores contagiando a otras personas de su misma comunidad.
Hemos escuchado diferentes voces de políticos hablando del tema del coronavirus, desde el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, que no se cuida ni a sí mismo; al diputado Gerardo Fernández Noroña, bautizado como el archienemigo de la campaña “Susana Distancia” —de la Secretaría de Salud—; y al gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, pidiendo a la gente que no salga, que se quede en su casa hasta el próximo miércoles, ya que según estudios de la Universidad de Jalisco, los próximos cinco días son los más importantes para identificar quiénes son los portadores de coronavirus, y de esta manera aislarlos y tratar que el virus no contagie a más población.
Pero sin duda, en mi opinión, una de las declaraciones más consientes y más responsables fue la del ciudadano Ricardo Anaya, excandidato a la presidencia por el PAN, quién en un video dijo que “no son tiempos de política, son tiempos de solidaridad; no son tiempos para dividir y polarizar, sino para unir. No es momento de pleitos entre políticos, de pelear con el presidente, pero sí de exigir seriedad para que se escuche a los expertos que se apoyan en evidencia científica”.
Y por primera vez, escuchamos a alguien que sugiere una estrategia para poder enfrentar la crisis económica que se avecina, ya que muchas de las empresas y pequeños negocios están cerrando en forma parcial o total, y están despidiendo a las personas, y esto se ve agravado con la baja del precio de petróleo y el desplome del peso.
Respecto de lo anterior Anaya dijo “cómo se ha hecho en otras partes del mundo”, hay que diseñar programas para ayudar a la gente que quedará desamparada y a las empresas, para evitar el cierre definitivo de pequeños negocios. Y ofrecer a los trabajadores mecanismos para satisfacer necesidades básicas mientras dure la pandemia, para que puedan permanecer en su casa si resultan contagiados sin afectar la subsistencia de su familia.
Pero mientras el gobierno establece mecanismo para protegernos, los ciudadanos debemos cuidarnos, nosotros mismos.
Con acciones como lavarnos las manos con frecuencia.
No saludar de mano, ni de beso.
Desinfectar las herramientas de trabajo y el celular.
Permanecer en nuestras casas.
¡Cuidémonos!