¿Por qué en México no se considera heroico el trabajo de un periodista? Es básico entender que, en tiempos de crisis, la información que surge es incontable y es imprescindible contar con el reporteo en calle y la verificación de datos. Las noticias que nos llegan a casa durante el encierro, sería imposible sin los miles de periodistas que están arriesgando su vida para que tú puedas informarte.
Me impresiona particularmente que nadie esté hablando sobre esto. No, los datos no se dan solos. Cientos de miles de trabajadores de la información siguen laborando, saliendo a reportear, yendo a editar a sus reporteros, documentando en fotografía la pandemia.
Lo que no se registra, está condenado a ser olvidado. Son nuestra memoria, nuestra única opción de que lo que sucede hoy en términos de uso político, por ejemplo, no se repita mañana. Si hoy un recurso es mal utilizado, gracias al periodismo, podrá ser investigado y castigado, en el mejor de los casos.
Muchos de ellos están saliendo a laborar sin la más mínima medida de cuidado ante el Covid-19. Un colega fotoperiodista que admiro mucho, ha tenido que comprarse máscaras de protección para construcción porque las mascarillas médicas simplemente están agotadas.
Otro colega, ha recibido ofensas en sus redes sociales. “¿Qué chingados haces en las calles?, deberías estar en tu casa para no propagar el virus”. El ciudadano que escribió eso, no sabe que, si mi amigo estuviera en su casa, ni él, ni otros ciudadanos tendrían fotografías, noticias, documentos, sobre la situación económica y social a partir de la llegada del mentado coronavirus.
Una colega y amiga decidió enviar a su pequeña hija a otra ciudad para que ella pudiera seguir documentando la pandemia sin arriesgarla. Por esas periodistas que no tienen apoyo de nadie, pero que siguen avanzando en el negocio de la información para que tengamos la opción de estar bien informados.
No hay manera de poder comprar una N95. Las compras de pánico y los revendedores acabaron con la oportunidad de que personal de salud, periodistas y personas que tienen trabajos en los que es vital salir a la calle, puedan seguir con sus actividades por lo menos en lo que las fases más peligrosas llegan.
Esto es un pequeño y casi insignificante reconocimiento al gremio periodístico en México que no ha parado, ni parará. Para aquellos que han podido hacer su trabajo desde casa. Para los que trabajan día y noche en la verificación de datos. Para los que, a pesar de no tener apoyo de sus superiores, siguen pensando que salir y arriesgarse para documentar, es primordial.