*Los mercados petroleros globales se sacuden justo en momentos en los que la economía del planeta está al borde de la recesión
Arabia Saudí es el mayor exportador de petróleo del mundo, mientras que Estados Unidos siempre ha preferido que los precios se mantengan bajos, ya que, hasta 2014 este país prácticamente no exportaba una sola gota de crudo fuera de sus fronteras, todo era para su gigantesca economía.
Pero, la última decisión que ha tomado Arabia Saudí como líder de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), ha desencadenado un grave desencuentro entre los dos países, ambas naciones se están lanzando acusaciones en los últimos días por el recorte de oferta de petróleo que ha pactado el cártel de productores.
En este contexto, Rusia, el único país que compite con Estados Unidos y Arabia Saudí por el trono del mayor productor de petróleo del planeta. Así, con Rusia en sus filas, el cártel ha pasado a conocerse como OPEP+, con todo lo que significa para la geopolítica y geoeconomía en este convulso planeta del siglo 21.
En todo este contexto, el gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden tuvo serias restricciones autoimpuestas para acercarse a Mohamed Bin Salmán, príncipe heredero de la corona saudí y máximo dirigente del país desde hace ya un lustro.
Estas restricciones se enmarcaban en el asesinato de Jamal Khashoggi, corresponsal de The Washington Post, quien desapareció en la embajada saudí en Estambul en 2018, presuntamente, bajo las órdenes del gobierno saudí.
Finalmente Biden no tuvo más remedio y visitó a su aliado árabe en agosto de este año, de paso insistió en la necesidad de que el gigante del petróleo adopte la estrategia de aumentar la producción de petróleo junto a sus socios de la OPEP.
Pero, todo terminó en un desencuentro importante entre las dos potencias, ya que Arabia ha optado por hacer lo contrario que le pidió Biden.
Como recordará, amable lector, en septiembre el país árabe anunció un recorte de la oferta de petróleo por 100,000 barriles diarios para contrarrestar el impacto de una caída de la demanda de crudo, mientras que apenas en este mes el cártel amplió el recorte de oferta hasta los 2 millones de barriles diarios, la mayor reducción de la producción desde la crisis del Covid, en 2020.
Lógicamente, Estados Unidos ha reaccionado con fuertes críticas a la decisión de Arabia Saudí, al tiempo que amenazó con "consecuencias".
Entre algunas de estas “consecuencias” está la posibilidad de que el Congreso estadounidense apruebe la llamada ley NOPEC, con la que podría imponer denuncias internacionales a los países miembros del cártel por manipular los mercados de la energía. Otra posible consecuencia es paralizar el envío de armamento al país saudí, que sigue inmerso en una guerra contra los rebeldes hutíes en Yemen.
Muchas consecuencias pueden registrarse en el mundo por este conflicto, todas ellas mjuy importantes sin duda alguna.
Pero quizás, una de las más importantes consistiría en que la estrategia de la OPEP puede provocar que el precio del petróleo repunte y genere un mayor deterioro económico en la ya de por sí atribulada economía mundial.
No es poca cosa, este “guerra” llega en momentos cruciales para la economía del planeta; la Agencia Internacional de la Energía (IEA), ha señalado en su más reciente informe mensual el peligro que entraña la decisión del cártel de recortar la oferta, porque considera que con la economía mundial al borde de la recesión, un impulso de los precios del petróleo puede ser “la gota que derrame el vaso” y la lleve directo a tal fenómeno.
El acercamiento de Arabia Saudí con Rusia es algo que, desde luego, no permitirá fácilmente Estados Unidos; las presiones estadounidenses puedan terminar convenciendo a Arabia de que le conviene más evitar subidas de precio del crudo, decida revertir sus políticas y poner tierra de por medio con Putin.
Aunque hoy son aparentes socios, en realidad Rusia Y Arabia Saudí también han se han enfrentado en otras ocasiones; fue apenas en 2020 cuando se registró la más reciente guerra de precios entre las dos potencias petroleras, el país Árabe decidirá decidir de qué lado colocarse.
No sabemos si hay una guerra petrolera, ojalá no porque es lo que menos necesita la economía mundial en este momento. Pero, sin duda la geoeconomía se sacude en este momento.