La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha hecho un llamado a la población mexicana para fomentar el consumo responsable mediante la adopción de la "economía circular". Este enfoque pretende generar un impacto positivo en el medio ambiente y la sociedad, impulsando la reducción de residuos y el uso eficiente de los recursos naturales.
La economía circular se basa en un modelo que prioriza la disminución del uso de materiales y recursos en los procesos de producción. Su objetivo principal es minimizar la generación de desechos, promoviendo la reutilización de productos y materiales que no pueden reintegrarse de forma natural al ecosistema. Este sistema sigue un ciclo continuo que abarca desde la extracción de recursos hasta la producción, el consumo, la reparación, el reuso y el reciclaje.
Este modelo económico se sustenta en tres principios fundamentales: "eliminar residuos y contaminación desde el diseño", "mantener productos y materiales en uso durante el mayor tiempo posible" y "regenerar sistemas naturales para favorecer el equilibrio ambiental". Al implementar estos principios, se optimiza el aprovechamiento de los recursos disponibles, se reduce la generación de residuos y se mitiga el impacto ambiental negativo.
Para contribuir a la transición hacia la economía circular, Profeco recomienda a los ciudadanos adoptar hábitos de consumo responsables en su vida cotidiana. Entre las sugerencias destacan la elección de productos elaborados con materiales biodegradables, que puedan descomponerse sin causar daños al entorno. Además, se mencionan ejemplos prácticos de economía circular, como el "reciclaje de plásticos", donde botellas y envases son transformados en nuevos productos, y la "recolección de ropa usada", que algunas tiendas fomentan ofreciendo descuentos a cambio de prendas recicladas.
El modelo de economía circular también ofrece beneficios significativos para las empresas. Al reutilizar materiales y recursos, se reducen los costos de producción, lo que se traduce en precios de venta más competitivos. Esta dinámica favorece tanto a las empresas como a los consumidores, promoviendo un entorno económico más sostenible y un impacto ambiental más positivo.
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