En nuestras últimas líneas, hablábamos de la bella Oaxaca. Hoy, pretendo hablarles de otro mágico lugar en nuestro querido México. Un lugar que también es parte de la historia patria, espacio vivo del catolicismo y orgullosa cuna de uno de mis platos favoritos en el universo, el chile en nogada. Sí, me refiero a la que es chula, Puebla.
En las mismas fechas de la celebración del día de muertos, mi pareja y yo decidimos conocer dos lugares míticos, referencia de esta bellísima celebración. A diferencia de Oaxaca, en Puebla, el ambiente tiende más hacia una conexión local, donde los foráneos y extranjeros solo somos espectadores de una inmersión local a sus tradiciones. En Puebla, si bien es cierto que también hay actividades al aire libre que nos envuelven a todos, la mayoría de estas están pensadas para los mismos poblanos. Magnánimas catrinas representando a diferentes personajes históricos, se desplegaron por todos sus caminos, rodeadas de cempasúchil; desfiles de las escuelas locales hicieron gala en las principales calles de los diferentes poblados; pero Puebla, siempre tiene cómo deleitarnos a todos con sus maravillas, pero sobre todo con su cocina.
Aquí les dejo dos recomendaciones de restaurantes que visite en esta ocasión, y que sin dudas, son espacios que hay que conocer:
Casareyna. Ubicado en el Hotel con el mismo nombre en una de las zonas más bonitas de la ciudad de Puebla, Casareyna abre sus puertas a los comensales para deleitarnos con una gastronomía con un toque casero, pero a la vez sofisticado. Ahí pudimos saborear exquisitamente desde un perejil crujiente y sabroso, pasando por un fideo seco delicioso, hasta llegar al favorito, la degustación de moles. Para este platillo, es importante señalar que el propio gerente se hace presente en la mesa con los comensales, para explicar el orden en el que el mismo es presentado, y su sugerencia de degustación. Así cada uno de los moles, con texturas, sabores y proteínas animales diferentes, van embriagando el paladar hasta llegar a un éxtasis de sabor. Sin duda, un imperdible en Puebla.
Sombrero cocina de autor. Un espacio mucho más moderno, acogedor y con música que permite celebrar cumpleaños, pero también tener una cena romántica, Sombrero se presenta con un menú más versátil en el que convergen platillos de distinta índole. Aquí pudimos deleitarnos desde la entrada con un pequeño elotito preparado como de calle, acompañado de un delicioso pan de la casa y de nuestra ensalada de entrada. Nuestros platos fuertes, un salmón dignamente preparado y un risotto trufado, simplemente un maravilloso deleite al paladar. Todo ello de la mano de una grandísima atención por parte de su personal.
Esto es sólo una pequeña pincelada de lo que es Puebla. A ti, amante del buen comer, te sugiero que te des un espacio en tu agenda para ir a degustar mañana, tarde y noche de los platillos que esté hermoso estado tiene para ofrecer.
¡Buen provecho!
Amante del buen comer.