Constantemente nos topamos con situaciones en las que determinar qué es lo justo nos resulta sumamente difícil. Ya sea porque buscamos maximizar la utilidad, priorizar la libertad, respetar los derechos o preservar ciertos valores; este debate siempre da lugar a discusiones filosóficas.
El profesor de Harvard Michael Sandel, en su libro “Justicia: ¿Hacemos lo que debemos?” analiza, entre otras cosas, las discusiones respecto de las diversas teorías de la justicia que han existido a lo largo de la historia.
En primer lugar, está el utilitarismo, desarrollado por Jeremy Bentham y John Stuart Mill, que buscaba maximizar la utilidad; es decir, maximizar el placer y minimizar el sufrimiento. Para lograr este cometido convierte a la justicia en una cuestión matemática; pero con dicho enfoque existen dos problemas.
Al priorizar la satisfacción de la sociedad en general, no se toman en cuenta y por lo tanto se violan derechos individuales. Además, al usar un método matemático para medir y calcular la felicidad, convierte todos los bienes morales en una moneda única de cambio.
En segundo lugar, están las teorías enfocadas en la libertad. Los teóricos de esta corriente están a favor de economías sin restricciones, se oponen a la intervención gubernamental y al utilitarismo y buscan un mayor respeto a los derechos humanos.
Esta escuela de pensamiento, esencialmente, establece que todos somos libres de hacer lo que queramos con nosotros, ya sea nuestro cuerpo o nuestra propiedad. Lo anterior siempre y cuando no afectemos a otras personas con nuestro actuar.
Pese a esto, en la realidad la libertad se ve afectada por la economía. Por ejemplo, si bien una persona es totalmente libre de servir en el ejército y ser remunerada por ello, si se vio obligada a trabajar por necesidad económica, ¿realmente es libre?
Otro aspecto por destacar de esta corriente son las aportaciones de Kant, que argumentaba que los seres humanos, al ser seres racionales, debemos ser tratados con dignidad y respeto. De tal suerte que sus ideas dieron la base de las actuales teorías de los derechos humanos.
En tercer lugar, el profesor Sandel nos hace estudiar y analizar a Aristóteles. Una primera arista de su teoría de la justicia radica en concebirla como teleológica, es decir, definirla mediante los fines que persigue. La segunda arista se relaciona con establecer qué valores honrar y recompensar.
Así, Aristóteles sostenía que los debates sobre la justicia son, invariablemente, debates sobre honor, virtud y la esencia de la buena vida. De igual manera, argumentaba que la justicia discriminaba al establecer que a las personas que son iguales se les deben asignar cosas iguales.
El libro es extraordinario y considero vale la pena estudiarlo en estos tiempos en los que la manera de concebir a la justicia parece haber cambiado.