Ayer hablábamos de la importancia que tuvo la plenaria de los diputados de Morena hace un par de días. Incluso, hicimos hincapié que, más que un espacio de participación constructiva en políticas públicas, se trató de un gesto de voluntad para encauzar la unidad entre los cuatro perfiles más importantes cuyo protagonismo ha alcanzado un punto significativo, especialmente ahora que el presidente ha decidido incluir al coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal.
En todo caso, fue una determinación merecida que el presidente corrigiera la estrategia presidencial. Eso nos ayuda a comprender más las etapas que estamos viviendo. Es, en ese sentido, comprensible el gesto de tomar en cuenta a las cuatro corcholatas oficiales. Al principio, Mier no lo hizo, sin embargo, rectificó antes de que tuviera un efecto negativo el no haber considerado al coordinador de los senadores de Morena en la plenaria de diputados.
El hito, en estos dos espacios de participación legislativa, se ha encauzado a trabajar en unidad. Esa ha sido la narrativa de los aspirantes a la silla presidencial. Es verdad que han hablado de temas dominantes, pero, en el fondo, la lingüística se ha centrado en mantener cohesionado el rumbo de transición a fin de seguir profundizando la visión que inició López Obrador.
Eso solo puede ser posible sí hay apertura democrática en quienes aspiran a suceder al mandatario, sobre todo para calmar las tensiones y desencuentros que estaban provocando el matiz de la segregación que, con tanto esfuerzo y resistencia, logró recomponer Monreal dado que fue él, quien insistió en promover el equilibrio hasta lograrlo.
Al menos, en esta nueva etapa han mostrado voluntad, primero, en la plenaria de diputados de Morera, y después en la de senadores de la República. Eso sentó un hecho sin precedentes porque la única manera de amalgamar una ruta presidencial es vencer cualquier obstáculo, máxime con oficio político como el que le imprimió el zacatecano al abrir las puertas de la vieja Casona de Xicoténcatl a todas las corcholatas oficiales del lopezobradorismo.
Se expresó abiertamente el canciller, Marcelo Ebrard; asimismo, el secretario de Gobierno, Adán Augusto. Lo mismo que la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. Dicho en otros términos, fue un buen gesto y una alternativa para ir cicatrizando heridas que dejó este proceso prematuro porque destacó la mano que les tendió Monreal en uno de sus principales bastiones políticos como lo es el legislativo federal. Y la mejor forma es la cortesía política que hubo y se manejó con todos, dado el trato cordial que les ofreció el líder de la bancada senatorial.
Pese a que todos abordaron un tema de interés social, hay que destacar el trasfondo de una plenaria que es, en ese sentido, la organización de temas de agenda legislativa. Hay que recordar que, en puerta, todavía están puntos pendientes de la Reforma Electoral que tendrá que evaluar el Senado. De hecho, hay una dicotomía de concepciones: una que se dispensen todos los trámites y se apruebe la minuta y la otra que se turne a comisiones y que estas decidan el ritmo que se dará a este tema.
Si nos basamos en la esencia legislativa del Senado de la República seguramente el tema es que la ruta lleve su cauce natural. Es decir, que el tópico se delibere ampliamente ante el pleno de la Cámara para poder alcanzar un consenso. Dadas estas circunstancias, hay expectativas positivas en que se alcancen acuerdos, incluso el propio coordinador de la fracción mayoritaria de Morena dijo que el tema se aprobará siempre y cuando garanticen al país bienestar, progreso y unidad.
Es obvio que habrá un clima intenso para sacar adelante el tema electoral por completo. El punto es que, una vez llegada la etapa, se justifique cada uno de los rubros sin omitir nada. Primero, pasará a comisiones para analizarla y discutirla pues sabemos que, en ese sentido, la Cámara Alta se toma muy en serio esa responsabilidad en aras de construir consensos como los que se han puesto en práctica al aprobar un número importante de Reformas Constitucionales porque la apuesta es, deliberar siempre.
Pero más allá de eso, hay que reconocer el nivel político que mostró Ricardo Monreal en la plenaria. Estuvo, como siempre, a la altura de las circunstancias y, con un detalle igualitario, abrió las puertas de la Vieja Casona de Xicoténcatl a las corcholatas de Morena. Esperemos que sepan corresponder ese buen gesto de aquí a qué se convoque al proceso de participación interna.
Y Ricardo Monreal no tuvo ningún problema en que asistieran todos. Es más, en un espacio de opinión comenté que el zacatecano es pionero en propiciar piso parejo.
Él fue, en esta nueva etapa de equilibrio, quien propuso que todos los aspirantes asistieran como un gesto cordial ante el clima sofocante que se estaba generando. Qué mejor que a través de la Reconciliación que abandera Monreal, se dé cabida a estos espacios. Por lo pronto, el coordinador de los senadores de Morena, que es uno de los perfiles fuertes para abanderar el proyecto lopezobradorista en 2024, pone el ejemplo de pluralidad ayer que se llevó a cabo la plenaria en la vieja sede del senado de la República.