Deja tras de sí un nubarrón que opaca Aduanas
Dos cosas son ciertas: Ricardo Ahued Bardahuil dejó la dirección general de la Administración de Aduanas y la encargada de hacerlo público, en una carta dirigida al propio Ahued, fue la jefa del Servicio de Administración Tributaria (SAT), Raquel Buenrostro (y si era su superior, correcto). Y varias otras son inciertas y muy poco claras, el funcionario, dice Buenrostro, presentó síntomas de Covid-19 (sin dar positivo en la prueba correspondiente) y por eso se retira para regresar el 1 mayo a su curul senatorial; es decir, en menos de 10 días deberá estar curado. Poco transparente también resulta que aún están en trámite aduanal los respiradores comprados por el Gobierno para atender la pandemia, y que deben pasar sin gran trámite por lo prioritario, se decretó. Y, lo más curioso, Ricardo Ahued dice que goza de cabal salud… Días poco claros.
Urge transparencia ante la pandemia
Quejas sobre mala calidad de algunos de los insumos como batas, trajes y mascarillas para médicos y enfermeras. Declaraciones o aclaraciones del Sector Salud y del IMSS en el sentido de que algunos de estos insumos no se compraron, sino que fueron donativos. Es necesario transparentar cuánto costaron los mismos, quiénes son las empresas beneficiadas y señalar con claridad la calidad y origen de lo que el gobierno está entregando a doctores y enfermeras.
No le salen las cuentas
Gabriel García, coordinador general de Programas para el Desarrollo, se hace bolas pues ayer (jueves 23) aseguró en la conferencia del presidente Andrés Manuel López Obrador que, para llegar al millón de créditos o tandas para el bienestar se tiene que contactar a cerca de 2.5 millones de personas, pero luego dijo que, la demanda es de 7 millones de personas. Así, su explicación dejó mucho que desear porque no aclaró cómo se hará la selección de los beneficiarios y aunque afirmó que no habrá opacidad, miembros de la 4T dudan de su transparencia, pues no delató en su momento el presunto uso irregular de programas sociales por parte un puñado de superdelegados federales, ya investigados por la Secretaría de la Función Pública, de Irma Eréndira Sandoval, indagatoria que lleva unos seis meses sin conclusión, incluido el nepotismo del delegado de Jalisco, Armando Zazueta.