Columnas
El próximo año será histórico para la Ciudad de México. En 2025 quedarán definidos los planes de desarrollo para nuestra Capital, el modelo de ciudad que queremos y el que mejor nos conviene, quedará plasmado en los instrumentos de planeación.
Distintos actores tomarán un papel sumamente importante, el Gobierno de la Ciudad a través del Instituto de Planeación, la sociedad civil, la ciudadanía, la academia, por supuesto, el Congreso de la CDMX. Todos tendremos un papel en la conformación de nuestro mapa para los próximos 15 y 20 años.
Un suceso como este, requiere un compromiso mayor.
Ya hubo dos proyectos de planes que no llegaron a buen término, por lo que debemos aprender de los errores y no cometer los mismos en esta ocasión.
Una de las principales causas por las que no se concretaron los proyectos del Plan General de Desarrollo y del Programa General de Ordenamiento Territorial fue la inconformidad de algunos sectores, así como de vecinos de diversas colonias, pueblos y barrios originarios, quienes acusaron que en el proceso de consulta hubo simulación.
Ya no nos queda juzgar los errores del pasado, lo que nos queda hacer es todo lo que está en nuestras manos para hacer las cosas diferente y bien.
En el pasado se señaló que había un proyecto previamente definido y que la intención del proceso de consulta de estos instrumentos no fue realmente tomar en consideración sus opiniones, sino solamente legitimar su formulación y aprobación.
Se habló de consultas simuladas, de convocatorias exprés, de un proceso en donde la ciudadanía no se sintió realmente integrada.
En este orden de ideas, debemos asegurar que el Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva, encargado de la difusión, consulta y participación ciudadana en la etapa de formulación de los instrumentos de planeación, realice la más amplia difusión de los proyectos de todos los instrumentos de planeación que deben realizarse.
Desde mi perspectiva, es aquí donde estamos obligados a hacer historia, el Instituto deberá garantizar una muy extensa y efectiva consulta pública, que cuente con la más amplia participación de todas las personas que quieran intervenir en su elaboración, evitando la simulación y lograr una concertación democrática para su aprobación.
Por supuesto que constituye un reto mayor, debido a que la participación ciudadana es muy compleja, derivado de la naturaleza diversa de los actores sociales y modos de organizarse.
Es por ello por lo que consideramos que, para el cumplimiento de este objetivo el Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva de la Ciudad de México requiere que se le asignen recursos económicos suficientes para asegurar una amplia difusión de los proyectos de los instrumentos de planeación, así como la ampliación y multiplicación de los foros, mesas de trabajo, asambleas deliberativas y de espacios de diálogo que permitan construir un consenso en torno a estos proyectos.
Es por eso que exhorto a la comisión de Presupuesto y cuenta pública del Congreso de la Cdmx para que promueva la asignación de recursos para el ejercicio fiscal a efecto que de asigne presupuesto para realizar la consulta y participación ciudadana en la etapa de formulación del DEL PLAN GENERAL DE DESARROLLO Y DEL PROGRAMA GENERAL DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL.