Por lo que se ha visto hasta ahora, el interés de los partidos políticos por las mujeres tiene que ver más con su voto que con reforzar la cultura para que cada vez sea mayor el número en los cargos públicos.
Los partidos se pelean el voto de las mujeres con discursos que buscan agradar a los oídos, prometen acciones a su favor en todos los sentidos, en lo social, en lo político y en lo económico. Salir en su defensa, tengan o no razón en reclamos. De lo que se trata es de conquistar su voto.
Explicable porque en la actualidad hay más mujeres que hombres. En las elecciones del 2018 fue a las urnas el 63.1 % de la población registrada en el listado nominal del Instituto Nacional Electoral (INE). De ese porcentaje, 34.8 % mujeres y 28.3 % hombres. Votaron más mujeres que hombres.
De acuerdo con el registro del INE, hasta enero de este año, en el listado nominal 52 % son mujeres y 48 % hombres. O sea que para las próximas elecciones de junio, de nuevo las mujeres pueden marcar la diferencia. Por eso los partidos se esmeran en agradarlas, sobre todo en los mensajes.
En los hechos, la situación es diferente. ¿Cuántas mujeres han llegado a la presidencia de la República? Ninguna. De los principales partidos, los de más antigüedad, el PAN es el único que ha nominado a una mujer como candidata a la Presidencia.
¿Cuántas gobernadoras en un período de siete décadas? Apenas siete y una jefa de gobierno en la Ciudad de México. En promedio una cada diez años, en un país que tiene 32 estados.
Para las elecciones de junio, por decisión del INE y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), los partidos están obligados a nominar siete candidatas a gobernadoras. De no ser por esta medida que se ajusta a lo establecido en la Constitución en materia de paridad de género, la situación sería distinta. Incluso, más de uno ha pasado apuros para cumplir con ese mandato.
Es decir, que de no ser por la normatividad, el reconocimiento a la mujer para ocupar espacios políticos sería mucho menor. En el poder legislativo se ha avanzado, pero también por ley, no por voluntad ni acción espontánea de partidos. No se ha enriquecido la cultura de la paridad en ese sentido. En los partidos hay organizaciones de mujeres que no han logrado convencer a los varones de la nueva realidad.
También, el avance ha sido lento en las presidencias municipales. Existen 2 mil 258 municipios y, hasta la fecha, el número de mujeres alcaldesas no llega a los dos mil, en un lapso de siete décadas.
A nivel Ejecutivo federal, es hasta ahora cuando se ha vuelto más significativa la presencia de mujeres en el gabinete. Hay nueve secretarias en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Con Felipe Calderón hubo seis. Cinco con Enrique Peña Nieto, Cuatro con Ernesto Zedillo. Tres con Vicente Fox. También tres con Carlos Salinas. Y una con José López Portillo, Rosa Luz Alegría, la primera mujer en gabinete, como secretaria de Turismo.
Los espacios para la mujer se siguen abriendo con calzador; por ley, no por una cultura de reconocimiento a su trabajo ni por voluntad masculina partidista. En campaña electoral hay un discurso adulador y complaciente solo para ganarse su voto.