Dice la sabia vecina que “los niños y los borrachos, siempre dicen la verdad”; podemos agregar ahora que “en las redes sociales algo de verdad debe correr”. O por lo menos es lo que se perfila luego del aplaudido anuncio de que “los consejeros” de Elon Musk le dieron claridad para definir que su nueva fábrica de autos eléctricos debe estar en México y que se dice que solo el canciller Marcelo Ebrard pudo torcer la balanza hacia Monterrey, Nuevo León.
El recorrido por los nombres cercanos al Presidente que pudieron lograr esa proeza, por su facilidad y cercanía con la iniciativa privada dentro y fuera del país, deja espacio solo para el canciller. Y su satisfactoria sonrisa con la que salió luego del anuncio en Palacio, en compañía de la subsecretaria Martha Delgado, pues solo confirman la rumorología.
El meollo es saber cómo harán para equilibrar la balanza entre los objetivos e inversiones destinadas a elevar la refinación de crudo para convertirlo en la gasolina que México requiere para lograr la autosuficiencia, y la llegada y ojitos que se les hace a los capitales que voltean hacia el territorio nacional para establecer sus plantas limpias y comprometidas hacia el cuidado del medio ambiente según los objetivos 2050 de la ONU, la demanda del mercado y la necesidad de producir autos eléctricos o por lo menos híbridos.
Sin forma el horizonte. Tenemos la todavía construcción de la nueva refinería Olmeca, en Dos Bocas, Tabasco, que todos atestiguamos su inauguración hace ya casi un año, y que aunque hay promesas de producción nada es claro en su negro futuro. Y cuyo costo va en más de 47 millones de pesos, y dicen los que saben llegará a más de 20 mil millones de dólares cuando finalice este sexenio.
La construcción en tres años y el costo de 8 mil millones de dólares que prometió López Obrador -anótelo- será meta incumplida, bueno hasta puede quedar en el check list of lies.
La nueva planta de ensamblado de autos eléctricos de Tesla necesitará una inversión de 5 mil millones de dólares. Y si a esto le sumamos que ya para este año fueron aprobados 16 mil millones de pesos más para la rehabilitación de las seis refinerías existentes (Salina Cruz, Tula, Salamanca, Cadereyta, Madero y Minatitlán), y el pago de 600 millones de dólares por la centenaria refinería Deer Park, en donde nos autocompraremos e importaremos derivados de petróleo; pues como que la balanza se va de lado.
Y qué podemos decir del fisco (que seguro en algunos años nos revelarán el acuerdo con Musk sobre sus obligaciones con México), en este tema la balanza de energéticos e hidrocarburos también se inclina.
En la investigación “Estímulos fiscales sobre el IEPS a combustibles. Implicaciones recaudatorias”, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) estima que, en 2022, los ingresos que se pudieron haber recaudado por IEPS a combustibles fueron de 397 mil 298 millones de pesos, cifra que equivale al 47.8% del gasto público en educación.
Dicen los analistas en ese estudio que “Pemex fue el más favorecido por esta política”, ya que, además de recibir el 31% de los ingresos petroleros extraordinarios, el 77.6% de las devoluciones por IEPS a combustibles reportadas por el SAT, correspondieron a dicha empresa productiva del Estado. Menudas contradicciones de la inyección de energía para México.
REMANENTES
FUNO, el fideicomiso que dirige André El-Mann, se ha dado a la tarea de apoyar a tres instituciones de asistencia contra el cáncer: Aquí nadie se rinde I.A.P., Casa de la amistad I.A.P. y Vuela Alto A.C., para que con distintos apoyos, estas organizaciones continúan su labor con los pacientes y puedan facilitar su tratamiento, terapias y asistencia integral, especialmente para los pequeños en condición de vulnerabilidad socioeconómica.
Nos cuentan que entre los apoyos que Fundación FUNO ha destinado a las tres entidades se encuentran donativos que rebasan los 12 millones de pesos, con los que se han logrado beneficiar a más de 100 niños y niñas quienes han recibido medicamentos, estudios de laboratorio, tratamientos oncológicos, prótesis e intervenciones quirúrgicas, además de tratamientos psicológicos y rehabilitación en diversos centros médicos a nivel nacional como el Hospital Infantil de México Federico Gómez, Instituto Nacional de Pediatría, Hospital Infantil Teletón de Oncología, Hospital Universitario de Nuevo León y el Instituto Materno Infantil del Estado de México. Esto se dice, y se dice bien, no cualquiera.
HPH apoya la educación
Hutchison Ports, que lleva en Latinoamérica y El Caribe Jorge Lecona, avanza en el impulso de las comunidades y la educación. Ahora fue en turno de la Terminal Internacional de Manzanillo, en donde se apoyo a la primaria Felipe Sevilla del Río, mediante el programa “Dock School”.
Así, la institución ubicada en Veladero de Camotlán consiguió reparaciones de paredes, techos, puertas de baño y llaves para agua, además que se pintó el comedor, áreas de juego, y se señalizaron aulas, dirección y espacios comunes. El fortalecimiento de infraestructura se acompañó de la iniciativa Go Green, con la cual se plantaron 70 árboles, 115 plantas de ornato y 30 hierbas de olor para instalar su propio huerto orgánico, disponible para que los alumnos lleven alimentos a sus hogares. También se dice bien.