Ni una lesión duele tanto para un atleta como perder tiempo de competencia, eso ni el dinero lo cura, así como le sucedió a la esgrimista Paola Pliego, que fue congelada por su propias autoridades con un falso positivo en dopaje.
Con 21 años de edad, la originaria de la Ciudad de México tenía el sueño que todo atleta lleva en las venas cuando toman la decisión de convertirse en deportistas de alto rendimiento, me refiero a competir por tu país en unos Juegos Olímpicos, lo que la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE) le negó a Pliego con el montaje de un supuesto dopaje.
Por increíble que parezca el laboratorio que arrojó los resultados que presuntamente registraron la sustancia prohibida llamada modafinil, se encuentra en el interior de la Conade, a unos pasos de la oficina del entonces titular del organismo, Alfredo Castillo, a quién la esgrimista solicitó su apoyo para resolver el tema.
Lamentablemente para Paola Pliego no hubo una solución pronta y los Juegos Olímpicos se llevaron a cabo sin ella, con un sueño hecho trizas y es que hay que estar muy cerca de los deportistas para darse cuenta de lo que les cuesta salir adelante, dar logros a su país, matarse en cada entrenamiento y vencer sus más profundos miedos en los momentos más elementales de una competencia.
Nadie puede regresarme lo que me quitaron, nada puede compensar por lo que he pasado, fueron las precisas palabras de Paola al saber que sus abogados y la justicia mexicana lograron que la Conade la indemnice con 15 millones de pesos por una demanda de daño moral. ¿En verdad es suficiente? ¡Claro que no!
El tiempo es lo más valioso que tiene un deportista; en promedio un atleta bien cuidado llega a competir hasta 10 años, es un periodo corto a comparación de los 16 del futbol, de los 11 en el automovilismo o de los 12 en el tenis.
¿Pero ahora ese dinero de dónde saldrá? Esto tomando en cuenta que hace poco la actual titular de la Conade, Ana Gabriela Guevara, denunciaba que no había ni para pagar la luz.
Si bien el Gobierno de México ha destinado 350 millones de pesos para los gastos de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, lo más seguro es que salga de ahí, porque si el organismo deportivo opta por apelar y buscar disminuir los 15 millones de pesos de la demanda, esto se puede alargar tras acudir al Tribunal Superior y si vuelve a perder la Comisión, esta caerá en un juicio de amparo, es decir, años y años sin ver una solución.