Después de casi 50 años, el aborto en Estados Unidos es un tema que se volvió a poner sobre la mesa en el alto tribunal, luego de que el pasado 24 de junio la Corte Suprema anulara su histórica sentencia Roe vs. Wade de 1973, que garantizaba el derecho de las mujeres a interrumpir su embarazo. Hoy Estados Unidos es un país que tomó un gran paso al retroceso y, actualmente, millones de mujeres no tienen protección constitucional.
El caso Roe vs. Wade fue lo que logró que se legalizara el aborto en la década de los 70’s y lo que determinó que el derecho de una mujer a decidir si desea ser madre o no, merecía ser protegido. Antes de eso, el aborto era ilegal, excepto cuando la vida de la mujer se veía en peligro.
Tras la anulación del fallo Roe, inmediatamente los estados conservadores comenzaron a establecer su propia política sobre el aborto, incluso 13 de ellos, anticipándose a esta decisión, adoptaron leyes para restringir o prohibir automáticamente los abortos, sin excepciones por violación o incesto en su territorio, una vez que se eliminara la decisión.
Quedará pendiente conocer cuántos estados más serán los que restrinjan el aborto en los próximos meses, debido a que la decisión señala que son libres de terminar con la práctica de interrupción del embarazo; la organización del Instituto Guttmacher, estima que sean 26 de ellos. Según el Instituto, alrededor de 1 de cada 5 embarazos terminaron en aborto en 2020, y la tasa de abortos en ese mismo año fue de 14.4 por cada 1000 mujeres entre 15 y 44 años. Esto refleja lo devastador que será la anulación de este fallo al ser un procedimiento clínico frecuente en ese país, lo que provocará que las mujeres embarazadas se desplacen y realicen largos recorridos para acudir a las clínicas de aborto en función o realicen procedimientos clandestinos realmente peligrosos.
La reacción del Presidente Joe Biden fue la fuerte crítica por la decisión tomada por los legisladores conservadores, y lo calificó como “la materialización de una ideología extrema y un trágico error de la Corte Suprema". Sin embargo, en su discurso afirmó que a pesar de ser muy triste, la lucha no ha terminado. Las protestas aumentaron en todo el país, manifestantes han salido a las calles a luchar a favor y en contra de esta práctica, cuya prohibición es hoy un muro para todas aquellas mujeres que se ven privadas de este derecho.