Imagine que en su trabajo lo comisionan a realizar actividades de alto riesgo para las cuales no está debidamente capacitado, ni tampoco le informaron los objetivos ni la temporalidad de su comisión. Ahora imagine que sus viáticos no incluyen hospedaje, que usted debe encontrar la manera para asearse y descansar, y que para alimentarse durante el día sólo dispone de $60 diarios. Esta situación para la mayoría de los habitantes de México es desconocida, sin embargo es una realidad entre quienes conforman las filas del Ejército mexicano, ya sea que estén uniformados de verde olivo o en el gris de la Guardia Nacional (GN).
Ante cada hecho violento, cada vez más tétrico que el anterior, las autoridades anuncian la movilización de determinado número de elementos, con videos o fotografías desde los mejores ángulos, pero lo que no sabemos como sociedad cuáles son los objetivos, la temporalidad de las intervenciones, ni mucho menos las condiciones en las que labora la tropa.
Para saber cuál es el sentir del personal militar en campo y su comodidad en tareas de seguridad pública hay que indagar por varias pistas, y una de ellas son las puestas a disposición ante el Ministerio Público (MP). Ésta es una de las actividades más importantes y delicadas que hace la policía, ya que consiste en detener al presunto delincuente, presentarlo ante el MP y emitir un informe, detallado y preciso, para que una persona pueda ser procesada, o de lo contrario debe ser liberada. Es, dicho en otras palabras, una papa caliente por las consecuencias legales que derivan de un actuar negligente. Por ello no sorprende que se requieran de casi trece miembros de la GN para hacer una puesta a disposición, mientras que las denostadas policías estatales y municipales, requieran en promedio de un solo elemento (Fuente: INEGI https://bit.ly/3LreFzn, con análisis de Ricardo Márquez (https://bit.ly/3Lp8lID).
Pagar $60 diarios a los militares para que se alimenten no es sólo un insulto para ellos, sino para nosotros como país. Si esto es falso, que se compruebe, explicando la cadena de suministros que les permite tener condiciones decorosas para realizar las tareas que les exigen sus mandos. Este maltrato institucional no debe continuar, como no debe continuar la profundización de la militarización de México.
Construir paz no es construir cuarteles, ni obligar a los militares a realizar acciones de seguridad pública, contrario a su formación y razón de ser. Militarizar la seguridad pública es incompatible con un sistema democrático; si quieres saber más sobre este tema, puedes consultar el Informe del Observatorio de la Guardo Nacional y la Militarización en México aquí: https://bit.ly/3iKi9AP
Posdata: puedes donar $60 por la paz para las personas desplazadas de Jerez o las ucranianas por la guerra de Putin a organizaciones como Cáritas https://bit.ly/3uBn3W9, o a la ACNUR https://bit.ly/3qOvT1T.