Claudia Bolaños
El presidente Andrés Manuel López llamó a cuidarse de las recomendaciones de los organismos económicos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) ya que sus políticas no eran encaminadas a apoyar a la población de los países.
Criticó que antes no hubiera planes propios de desarrollo sino que se aplicaran recetas que llegaban del extranjero.
Sostuvo que en la agenda de estos organismos internacionales no contempla el combate a la corrupción ni a la pobreza; tampoco aumentar el salario de los trabajadores ni crear empleos.
Afirmó que en la agenda del Fondo Monetario Internacional estaban las privatizaciones y que se despojara al pueblo de México de sus bienes para trasladarlos a particulares.
En dicha agenda también estaba el mantener congelados los salarios y el no permitir el crecimiento de las empresas públicas, agregó el mandatario federal.
Dijo que su gobierno tiene relaciones con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, pero la política económica de México “es autónoma, es definida por nosotros” y “se aplica una agenda de acuerdo con la realidad de nuestro país”.
Acusó también que en materia de salud, la agenda de estos organismos era la privatización y “que el Estado incumpliera su responsabilidad social en cuanto a la salud y la educación”.
Dijo respetar a quienes continúan con estas políticas y a quienes las definen, pero dejó en claro que “México va a seguir manteniendo su autonomía en cuanto a política económica, porque nos conviene”.
“No hemos seguido esas políticas y nos va bien, crece la economía, aumentan los salarios,
Hay empleo, hay bienestar. Desde luego, todo porque no se tiene un gobierno al servicio de una minoría” ni uno que “auspicie la corrupción”, puntualizó el mandatario, y sostuvo que frente al proyecto del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, “hay otro, que se llama Humanismo Mexicano, con economía moral, y funciona mejor que el que vinieron imponiendo durante más de 30 años y que todavía quieren volver a sembrarlo”.
Criticó que los organismos internacionales impusieran la misma agenda en todos los países, sustentada en las llamadas reformas estructurales.
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